━━━━━ 𝐒𝐀𝐍𝐆𝐑𝐄 𝐓𝐀𝐑𝐆𝐀𝐑𝐘𝐄𝐍

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𝒯𝐸𝑅𝒞𝐸𝑅𝒜 𝒫𝒜𝑅𝒯𝐸 𝒟𝐸 "𝐻𝐸𝑅𝐸𝒟𝐸𝑅𝒪𝒮 𝒟𝐸𝐿 𝐹𝒰𝐸𝒢𝒪"

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"EL NIÑO ES HIJO
de un acto deshonrado,
¿Cabello castaño con mechones
platas?, ¿Quién más si no Vaegon
podría ser su padre?,
los bastardos son monstruos
por naturaleza"

"HABLAS DE HONRADEZ
cuando tú misma te metiste a
el lecho del rey para sostenerle
la polla"







AÑOS ATRÁS cuando la princesa Aemyra Targaryen descubrió que esperaba a su primer hijo, su corazón se llenó de un cúmulo de emociones

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AÑOS ATRÁS cuando la princesa Aemyra Targaryen descubrió que esperaba a su primer hijo, su corazón se llenó de un cúmulo de emociones. La noticia, aunque inicialmente la dejó en un estado de shock, rápidamente se transformó en una mezcla de alegría y temor. Junto a su esposo, el príncipe Cormac Martell, decidieron que lo mejor sería que ella pasara el tiempo de su embarazo en Desembarco del Rey, en la imponente Fortaleza Roja, el lugar donde ella había nacido y crecido. Aemyra, en lo profundo de su ser, deseaba que su hijo conociera los pasillos dorados de su hogar, que su descendencia compartiera el vínculo ancestral que ella había sentido al caminar sobre las piedras antiguas de la ciudadela, donde el fuego de los dragones aún parecía latir bajo la tierra.

Sin embargo, las tensiones en la corte comenzaban a gestarse de manera insidiosa. Alicent Hightower, la reina y madrastra de Aemyra, observaba con creciente desdén el favor que los hijos de Viserys I parecían recibir. Los tres Targaryen, con su sangre pura de la antigua Valyria, simbolizaban una amenaza para los hijos que ella había traído al mundo. Alicent, con su aguda inteligencia y sutil manipulación, comenzó a sembrar las semillas de la discordia, creando situaciones donde Aemyra se sintiera fuera de lugar. Palabras venenosas en oídos de nobles, tensiones en reuniones formales, y frías miradas cargadas de resentimiento.

El rey, viendo el peligro que representaba la creciente hostilidad, tomó una decisión en favor de la paz en la corte. Aemyra debía regresar a Dorne, a completar su rol como esposa y princesa de las tierras desérticas. Aunque el monarca le permitió regresar a Desembarco del Rey cuando lo desease, la realidad era que la corte estaba cerrándole sus puertas de forma velada. Con la promesa de poder visitar su hogar, Aemyra partió, dejando detrás los recuerdos de su infancia, pero no del todo, pues su corazón aún guardaba la intensidad de aquellos secretos que compartía con su hermano Vaegon.

Con los años, mientras la princesa se adentraba en sus veinte onomásticos, descubrió algo que hasta ese momento había ignorado: el poder de su propia belleza y presencia. Su rostro, con los rasgos perfectos de la sangre Targaryen, y su cabello plateado, se convirtieron en el objeto de admiración y deseo. Aemyra, antes una joven asustada por la constante atención que atraía su figura, comenzó a deleitarse en los placeres que su puesto en la corte le brindaba. Su nombre resonaba en las bocas de hombres poderosos en los siete reinos, comparándola con la legendaria belleza de Viserra Targaryen, la tentación que había hecho caer a tantos antes que ella.

Poco a poco, Aemyra aprendió a amar a su esposo. Quizá no con la intensidad y el fuego que había sentido por Vaegon, pero había llegado a apreciar las cualidades nobles de Cormac, su lealtad y su valor. Sin embargo, su corazón, antes tímido, ahora ardía con la pasión que el poder y el deseo despertaban en ella. Sabía que los hombres de la corte la anhelaban, la veían como un premio, y ella, con el paso de los años, aprendió a disfrutar de esos pequeños juegos de poder que mantenía con miradas y sonrisas furtivas. Ya no era la jovencita asustada; ahora era una mujer, consciente de su poder.

Pero no todo era placentero en su vida. Las tensiones entre los Targaryen y los Hightower seguían creciendo en la corte de Desembarco. Alicent, al ver que los hijos de Viserys parecían vivir en relativa felicidad, no pudo soportar más. El odio en su corazón la llevó a buscar formas de quebrar esa paz, y aunque sus ataques hacia Rhaenyra eran más notorios, Aemyra también sentía el filo de las intrigas de la reina. Las pequeñas provocaciones, las palabras cargadas de veneno y los intentos de humillación se habían convertido en parte del día a día.

Sin embargo, Aemyra no era alguien que se dejaría aplastar tan fácilmente. Con el tiempo, había aprendido a identificar las debilidades de su enemiga, y en un giro inesperado, la princesa Targaryen encontró el talón de Aquiles de Alicent. Lo que más le dolía a la reina era ver a su hermano Gwayne Hightower y a sus propios hijos expuestos, vulnerables. Usando esa información a su favor, Aemyra comenzó a jugar su propio juego. Con sutileza, hizo sentir su presencia en la vida de Gwayne y sus hijos, manipulando la situación con una precisión casi quirúrgica. Ya no eran meras guerras silenciosas entre las dos mujeres; ahora, el conflicto se libraba abiertamente, aunque a espaldas del rey.

LA TERCERA PARTE DE ESTA historia ya está aquí! espero que disfruten tanto de la lectura como yo disfruto de escribir! Muchos besitos para todos!

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𝐇𝐄𝐈𝐑𝐒 𝐎𝐅 𝐅𝐈𝐑𝐄, ( THE CRUEL BLOOD ) HOTD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora