002, "El Banquete"

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"EL BANQUETE"

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"EL BANQUETE"

───── Los estandartes de la casa Velaryon ondeaban orgullosos junto a los dragones de la casa Targaryen, adornando los pasillos de Rocadragón. Sirvientes laboraban con precisión, ajustando cada detalle para que el banquete en honor al príncipe Jacaerys, heredero al trono, fuese digno de las altas casas y de la sangre valyria que compartían. Todo el castillo vibraba con la promesa de la celebración, mientras las luces de las antorchas iluminaban los colores que ondeaban con el viento.

Rhaenyra y Laenor observaban a sus hijos, el orgullo reflejado en sus rostros. Los sirvientes vestían a los pequeños en ricas telas de azul profundo, el color de la casa Velaryon, que fluían con gracia a cada movimiento. El brillo del azul y la plata evocaba el mar y el cielo, símbolos de su estirpe. Jacaerys, el futuro príncipe, lucía especialmente majestuoso, listo para su destino.

En contraste, Aemyra ya estaba lista para la ocasión. Su vestido, un esplendoroso conjunto de sedas doradas y amarillas, brillaba a la luz del fuego, casi como si reflejara el sol mismo. Las joyas que adornaban su cuello y sus manos eran de oro puro, y una perla de un amarillo inusual colgaba delicadamente de un collar que acentuaba la gracia de su cuello. Su cabello plateado, recogido en intrincadas trenzas, dejaba escapar unos mechones rizados que caían suavemente alrededor de su rostro, sujetos por pequeños broches dorados en forma de soles. Sobre su cabeza, una tiara de oro, esculpida en forma de dragones con rubíes en sus ojos, brillaba como una corona de fuego y poder.

A su lado, Cormac Martell estaba igualmente imponente. Vestía de negro profundo, con detalles dorados que reflejaban la heráldica de su casa. Su capa, decorada con el estandarte de los Martell, ondeaba con elegancia, destacando su piel bronceada y el peinado cuidadosamente arreglado. La mezcla de los colores oscuros y dorados hacía que pareciera un príncipe de las arenas bajo la luz de la luna. Sus hijos, pequeños pero ya mostrando la nobleza de su linaje, vestían con orgullo atuendos similares a los de sus padres, las capas decoradas con el sol y la lanza de su casa, recordando a todos la poderosa unión entre Dorne y los dragones.

—Será un día especial para la familia de mi hermana, Jacaerys es aún un niño, pero se le nota la inteligencia de su estirpe. Será un buen rey— exclamó Aemyra, su mirada fija en los ojos de Cormac, buscando en su esposo el eco de sus pensamientos.

Cormac la observó con la calma de quien ha vivido bajo los cielos despejados de Dorne, pero sus palabras traían el peso de la preocupación. —Lo he notado, es un joven prometedor, aunque...— hizo una pausa, su tono volviéndose más grave —sigo pensando que tu hermana comete un error al permanecer tanto tiempo en Rocadragón. El verdadero poder del reino no reside aquí, sino en los oscuros pasillos de la Fortaleza Roja. Alicent Hightower es astuta, y su influencia es profunda. No me sorprendería si ya estuviera tejiendo su red de conspiraciones, moviendo hilos en la sombra.—

Aemyra asintió con una leve sonrisa amarga, pues el aire pesado de las intrigas palaciegas era algo que ella conocía bien. —Lo sé, esposo mío. Cada día que Rhaenyra se aleja de la capital, esos rumores y juegos en la corte crecen más fuertes. Y aunque aquí, en Rocadragón, los dragones son libres y el aire es más puro, no podemos ignorar lo que se gesta en los pasillos de Desembarco. La reina Alicent tiene sus propios hijos, y en ellos pondrá sus ambiciones. No descansará hasta que la corona de mi hermana esté en peligro.—

𝐇𝐄𝐈𝐑𝐒 𝐎𝐅 𝐅𝐈𝐑𝐄, ( THE CRUEL BLOOD ) HOTD Donde viven las historias. Descúbrelo ahora