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MADISON

Aún sentía sobre mí el peso de la tremenda humillación que había vivido una semana atras en el cumpleaños de Tokio

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Aún sentía sobre mí el peso de la tremenda humillación que había vivido una semana atras en el cumpleaños de Tokio. El tan solo recordarlo me hacía querer esconderme en el lugar mas recóndito del planeta.

Al principio de la noche, todo había parecido perfecto. Tom y yo habíamos llegado juntos, lo que ya era un triunfo en sí mismo. Caminamos entre las celebridades como si fuéramos la pareja perfecta. Sus miradas se cruzaban con las mías, y por un momento sentí que el aire entre nosotros se cargaba de algo más. Casi parecía interesado, como si, por fin, todo mi esfuerzo por acercarme a él estuviera dando resultados.

Pero entonces llegaron Tokio, Giselle y Bill. En ese momento la atmósfera cambió de inmediato. Los ojos de Tom, que hasta hacía poco habían estado en mí, se desviaron hacia Tokio. Podía sentir cómo su atención se desvanecía de a poco, como si yo ya no estuviera ahí. Traté de no mostrar mi incomodidad, sabiendo que Tokio tenía esa maldita habilidad de robarse el foco de atención sin siquiera intentarlo. Pero no iba a rendirme tan fácilmente.

Durante la fiesta, todo comenzó a desmoronarse más rápido de lo que pude prever. Tokio volvió a acercarse a Tom, y esta vez, no había manera de detenerla. Intenté moverme entre la multitud, pero no llegué a tiempo. Cuando sus labios se encontraron, sentí un golpe en el estómago. El beso fue de todo menos breve.
Y, como si eso no fuera suficiente, el siguiente golpe llegó como una bofetada. Estaba intentando recomponerme cuando sentí algo helado caer sobre mí. El líquido me empapó de pies a cabeza, arruinando mi vestuario. Gigi estaba ahí, sonriendo con una satisfacción venenosa y sus amigos riéndose abiertamente.

Se sintió como regresar a la preparatoria, solo que esta vez estaba rodeada de celebridades y personas de las que dependía para llevar a cabo mi trabajo. Aunque después de todo, esas mismas celebridades acabaron comprotandose como unos adolescentes más, riéndose de mí y murmurando con descaro mientras caminaba hacia la salida.

—¿Estás bien?— una voz masculina me sacó de mis propios pensamientos. Lo miré a través del espejo y asentí con la cabeza—. No parece, ¿Mal de amores?

—¿Tan obvio es?— reí entre dientes, él asintió con una sonrisa—. Es un asunto complicado...

—Pues tranquila, no eres la única con esas penas.— soltó con pesadez. Levantó su teléfono y aunque me quise resistir, no pude, y acabé viendo lo que él tanto analizaba.

—Oh...— lo admito, me dolió ver eso. Se trataba de una fotografía aparentemente filtrada del beso entre esos dos aquella noche—. ¿Te interesa Tokio?— solté con imprudencia, temiendo una mala reacción.

—Desde hace mucho... Hace meses estuve muy cerca de concretar algo con ella, pero entonces apareció este tipo y lo jodió todo.— su ira fue más obvia al referirse a Tom—. Hay algo en ella que tan solo me atrae, pero para mi mala suerte no soy al único que le sucede.

𝗨𝗡𝗙𝗢𝗥𝗚𝗘𝗧𝗧𝗔𝗕𝗟𝗘 | 𝘛𝘰𝘮 𝘒𝘢𝘶𝘭𝘪𝘵𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora