𓏲 ๋࣭ ࣪˖ 𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐢𝐭𝐭𝐥𝐞 𝐌𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧

04 | Quiero un par de piernas

— ¿¡SE PUEDE SABER QUE ESTABAS HACIENDO JEONGHAN!? — le preguntó totalmente alterado su mejor amigo tirándose de los pelos. — ¡Tus padres te estaban buscando! Menos mal que te encontré.

— Quiero salir del mar — le respondió con una tonta sonrisa moviendo su cola al mismo tiempo que nadaba alrededor de su amigo.

— Eres peor que una sirena enamorada. — bufó el chico rubio suspirando varias veces. — ¡Eres el príncipe! Futuro rey casi.

— Me da igual la realeza, — frunció el ceño y comenzó a nadar más rápido. — quiero andar, quiero correr, quiero saltar en la arena y sentir mis pies en ella. — movió rápidamente su cola simulando unos pies. — ¡Mingyu puede ayudarme!

— No creo que sea buena idea, tus padres Jeonghan — le recordaré intentando que vuelva a realidad.

— Mis padres no se enteraran — sonrió muy emocionado y nadó un poco más rápido pasando por los arrecifes de coral. — y tú Seungkwan, me guardarás el secreto ¿verdad? — le miró haciéndole un puchero.

— No, no no... — suspiró un poco rodando sus ojos. — esta bien... ¡PERO! Bboogyuli te acompañará a todos lado.

— No pienso ir con tu cangrejo a todos lado. — negó con su cabeza. — Ya tengo a Toram que me protege ¿verdad precioso? — preguntó mirando a su delfín el cual asintió con su cabeza y el joven príncipe le dio un fuerte abrazo a su delfín.

— Pero Toram no puede salir del mar, — le recordó mirándolo muy preocupado y entonces el delfín le riñó al mayor de los dos chicos. — bueno esta bien... vaya dos cabezas huecas.

— ¡SI! — abrazó muy emocionado a su delfín y ambos, delfín y tritón comenzaron a bailar moviendo sus colas. — ¡GRACIAS KWANNIE! ERES EL MEJOR AMIGO DEL MUNDO.

— Porque vas a estar con Mingyu, sino no te dejaría ir. — murmuró bufando varias veces.

Seungkwan era otro joven tritón de dos meses mayor que Jeonghan, Seungkwan a diferencia de Han sus ojos y cola eran amarillas y su cabello rubio, unos ojos de un color particular para los humanos pero totalmente normal para los tritones y sirenas. Era común tener mascotas y Seungkwan tenía un pequeño cangrejo, Jeonghan en su lugar tenía a su pequeño delfín.

El sueño de Jeonghan estaba a punto de hacerse realidad, visitaría a Mingyu y le pedirá que le ayude a ser un humano, quería caminar y correr, quería saber más acerca de ese humano, su hombre no dejaba de rebotar en su cabeza, Joshua, aunque si sale a la superficie no podrá usar su nombre real, necesitaba un nombre artístico, siempre le gustó Cheonsa, se llamará Cheonsa.

A la mañana siguiente no falló, a las nueve de la mañana ya se encontraba Toram en la superficie tratando de llamar a Mingyu, las sirenas y tritones tenían el poder de entender a los delfines y otros animales marinos, podían oír sus vocea y saber lo que decían, para cualquier humano normal el ruido que estaba haciendo Toram en la superficie sería tan solo el canto de un delfín, pero en realidad estaba llamando a un tritón y ese tritón no tardó en llegar a su llamada.

Jeonghan se quedó esperando a Toram y a Mingyu en el acantilado, le gustaba aquel lugar, para su suerte bi tardaron en llegar en un momento se encontraba frente a Jeonghan su pequeño delfín y uno de sus mejores amigos, Mingyu, un tritón de cabello castaño con los ojos y cola de color rojo.

— ¿Qué ocurre Jeonghan? — le preguntó con curiosidad cuando se encontraba a su lado. — Tu delfín me llamó.

— Te necesito, — se acercó a su amigo con sus ojos totalmente cristalinos. — quiero usar mis piernas, quiero vivir cono humano.

El chico al escuchar su propuesta se sorprendió totalmente, no podía ser verdad, el príncipe del reino Pacífico le estaba pidiendo que le ayudara a ser un humano, era una propuesta un tanto difícil y peligrosa pero la aceptaría sin problemas.

— Te ayudaré, pero te advierto que no es fácil, a mi me expulsaron del reino y por eso no volví a vivir en el mar, no quiero que te pase lo mismo — le dijo un poco preocupado.

— No me pasará, mis padres pensarán que estoy viajando a los mares de Japón en busca de comida para alimentar al reino. — confirmó muy seguro de sus palabras.

— Entonces tengo una semana para enseñarte a ser humano — le miró con satisfacción. — pero para que sea más fácil fingirás ser mi hermano.

— Hola, mi nombre es Kim Cheonsa. — le dijo al castaño con una gran sonrisa.

— ¡Perfecto!

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