21. Aceptar o rechazar

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- Estoy embarazada... - después de tanta insistencia por parte de Gustav de que era lo que pasaba por fin lo dijo. No podía esperar más tiempo, cada día contaba, y con cada día su vientre crecería, los planes era casarse con el padre de su hijo antes de que esté muy grande su vientre y entonces todo sería peor, más por la vergüenza que tendría su madre. Había estado pensando y  pensando los tres días que ya se habian enterado.

La cara de Gustav era de pura felicidad, y no porque pensaba que lo que le dijo era cierto, si no porque pensaba que era una broma, en ese justo día se despertó con muchos animos y energía, tanto que al despertar fue a ver a Tom, por si estaba bien en donde se hospedaba, hablar unos momentos y si fuera por él hasta saldría a pasear, pero Tom no quizo, queria descansar. Y entonces solo pensaba que había acertado en que see quedaría más tiempo del que quería cuando llegó. 

- ¿Lo que te dije es enserio? - tan solo esas palabras para poder calcular que a Gustav no le caería bien la noticia, pero rogaba por que fuera diferente. Gustav al ver que la cara de Lys no reflejaba pistas de que era una broma de mal gusto su cara se tornó seria, hasta asustada se podría decir, el buen humor se le desvaneció. - Es... una broma... ¿verdad?

Lys perdió toda esperanza de que Gustav cambie de su inicial opinion. Gustav... no quería formar una familia.

- No... no lo es. Esto... ¿que dices? - no sabía que más podía decir. Tal vez Gustav si tenía muchas cosas que decir... - me he enterado hace unos días, mi familia ya lo sabe... y me han pedido que te lo diga... yo... no sé que...

- Toma algo. - ante tal situación no quería saber nada de un hijo una hija, qué importaba lo que fuera, no lo quería. - No lo sé, pero has algo para deshacerte de...

- ¿Cómo puedes decir eso? - casi grito. No se podía creer que Gustav fuera así, todo menos eso. ¿Tanto así? Era dificil, sí, pero no imposible y menos si amaba a la persona que le estaba pasando eso, él tenía que ayudarla, si la amaba... - ¿Gustav, tú me amas? - preguntó con voz baja y temerosa del rechazo que podía recibir de la persona que pensaba conocer, pero que equivocada estaba. Y si respondía que no, toda su vida se vendría abajo.

- Claro que sí. - era mentira, hasta hace poco que la chispa que tenían ellos dos, Gustav la apagó por fijarse en otra persona, ya no sentía lo mismo por Lys, menos al saber que esperaba un hijo suyo. Aun que era una mentira, era mejor que saber que Lys sufriría mucho por su causa, que no la amara no significaba que la despreciara y le deseara lo peor, no.

Una pequeña y triste sonrisa se asomó en el rostro de Lys, quien luchaba por no perder la esperanza, aunque mucho ya no podía esperar. Una lagrima acumulada desde ya hace unos momentos escapó bajando un su mejilla. Gustav se acercó y se la secó, luego la abrazó, mientras solo pensaba en como convencerle de deshacerse del bebé y dar por terminada su relación. Y Lys pensaba que Gustav por fin aceptaría que formaran su familia, hasta ya se imaginaba el día de su boda, tal vez eran solo ilusiones que jamás ocurrirían, no podía evitarlo, sonrió pensando en lo felices que podían ser.

. . .

- Entonces en una semana vuelves a casa.

- Sí, me quedaria aquí toda la vida. - dijo Tom con una sonrisa mientras miraba a Billie. - Peeero tengo que ir a ver a mi madre, saber como está y... después volveré.  - aseguró.

Ya era casi septiembre, el cumpleaños de Tom estaba a tan solo unos días.  Volvería a casa el cuatro de septiembre. Se sentía mal por dejar tanto tiempo sola a su madre, aunque conociendo algunas cosas, podía estar seguro que hasta estaba feliz de estar sin él, siempre le hizo entender eso, aún así no podía evitar sentirse preocupado. No sabía nada de su madre y ya había pasado más de un mes de viaje.

Gustav tambien volvería con él a Neuilly Sur Seine en una semana, pero ya Gustav decidiría si volvería con él o no. Ya no tenían mucho contacto, aunque se veían una vez a la semana en el último mes. No hablaban mucho y estaban incomunicados el uno del otro en lo que pasaba en sus vidas. Era como pasar de ser mejores amigos a tan solo conocidos

- ¿Y si decides quedarte? - algo de miedo se hallaba en su voz. Tom era la única persona persona con la que podía contar, con decir que Jade se había ido, se podía saber ya. Jade... como la extrañaba, y todo por culpa de sus padres.

- Solo iré de visita, me quedaré unos días, no más. 

- Vale. ¿Lo prometes?

- Lo prometo. - dijo acercandose un poco a su rostro y dejando un beso en la mejilla de Billie, lo que causó que sonreia ampliamente.

Estaban en el bosque con no mucho árboles, mientras hablaban un poco. Después de eso volvieron cada uno sus casas.

- Billie, por fin llegas. - era Ivonne quien sonreía "amable", pero era obvio que no estaba feliz de absolutamente nada.

- Sí. - solo dijo eso y luego quería ir a su habitación.

- Rose ya no existe. - al escuchar eso miró a Ivonne. Rose era la muñeca que tenía y siempre le había gustado. Su madre se la había regalado cuando cumplió ocho años.

- ¿Qué le hiciste? - casi gritó, el enojo por su actitud era lo que más cargaba.

- La quemé.

- ¡Eso es muy infantil, Ivonne!

- Te odio y ya no soporto verte. - Ivonne estaba enojada, mucho. Nadie al fin podía comprenderla. Estaba sola.

- Entonces vete.  - no pensó en que tanto o poco afectaría eso a Ivonne. Ivonne se dió la vuelta y salió corriendo.

Billie subió a su habitación para comprobar si era cierto o no que la quemó, al buscarla y no encontrarla supuso que era cierto y no mentía.  Eso había sido muy cruel.

Muy corto, pero creo que mejor que nada. 🙂

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⏰ Última actualización: Oct 12 ⏰

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CAPAS DE MENTIRA  |  TOLLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora