3. Una integrante más

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Bill cargando un pequeño bolso, se dirigía a un primer día de clases.

Caminaba alegre por las calles lujosas donde vivía. Mientras miraba algunas hermosas flores y rosas adornando algunas hermosas casas.

Veía a varias personas caminar por las calles, algunos para ir al trabjo quizas, otras dando un paseo y niños más grandes que él dirigiendose a sus respectivos colegios.

Era la primera vez que iba a asistir a clases, ya que sus padres no le habían llevado a su pequña escuela pueblerina por la falta de dinero, si bien ya no había problemas con la despensa si con el estudio de sus hijos. De hecho Bieshkar no estaba estudiando, trabajaba junto a su padre en un negocio que su padre había logrado conseguir.

Maryoret había sido llevada como cualquier objeto. Un objeto sin valor y inservible que no se le tenia nada de afecto o eso podía pensar una persona cualquiera, y lo cierto era que tendria toda la razon, poque hasi fue.

El día despues de que la señora Charlotte le dijera a Bill que tambien traeria a su hermana fue asi. Al dia siguiente había ido en uno de sus transportes, ella y su madre. Las dos habían llegado, la madre de Bill las recibió amablemente en su hogar. Desdepues de hablar de cosas ocurrenciales y algunas cosas más Charlotte decidió hablar de Maryoret.

- ¿Y como esta Maryoret?¿Ya esta en... el colegio?

- Oh, no he tenido tiempo de inscribirla. -dijo Caroline, la madre de Maryoret.

De hecho ya estaba todo decidido.

Los padres de Maryoret habían visto sus condiciones y se dieron cuenta de que si estudiaban en aun que sea en la escuela sería un gasto innesesaria debido a que no estudiaria en la universidad ni nada, sus hijos tenian derechos al estudio, pero ellos tenian derecho a la expotacion laboral y si ellos estudiaban, los que deberían trabajar día y noche debido a las nesecidades serian solo ellos.

Pensaban que su niñez ya habían sufrido demaciado, no lo merecian y de hecho aunque muchos los juzgasen ellos no eran tan culpables.

Un día de descanso, un día sin comer.

Un día de dormir placidamente por más tiempo del debido, un día en el cual no trabajaría por llegar tarde y volver a casa sin nada de dinero nesesario.

Esto era muy grave para dos personas que se habían juntado y hecho su familia a temprana edad.

El amor no era color rosa sin el dinero.

Su madre 15 y su padre 19 cuando se casaron, no era nesesario ser mayor de edad, no era nesesario que sea una hermosa boda con muchos invitados, era nesesario poder estar juntos y poder ser felices, fue en lo único en que pensaron, y ahora cargaban con tres hijos.

- Señora Caroline, he pensado en algo y creo que quiza a usted le agrade. -dijo, y Caroline escuchaba intentando saber de que se trataba. - Creo que Maryoret estara mejor junto a Billie. - Caroline se sorprendió, pero no por el hecho de que quisieran llavarse a Maryoret, sino que mal interpreto y penso en otra opcion.

- ¿Quiere volver a traer a Bill?

- No, Billie esta bien allá. - A Charlotte no le agradaba que a Bill le dijeran Bill, más bien para ella era Billie, un nombre de una mujer, por que sus ojos enfermos y sin intentar comprender el daño que podía estar causando en Bill no podían ver. - Mas quisiera que Maryoret pueda estar con... en su compañia. A Billie le haria muy feliz si ella pudiese estar con él.

- Oh, entiendo. Disculpe... ¿por qué siento que intenta -robarse a mi familia hubiese dicho una persona o una madre que quiere y protege a sus hijos de todo mal que los rodee- ayudarnos? Usted es muy buena, ah, y claro, acepto, ella podria estar mejor con ustedes.

CAPAS DE MENTIRA  |  TOLLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora