8. De vuelta a casa

47 8 0
                                    


Era temprano, quiza muy temprano, pero no había tiempo que perder.

- Billie, despierta. - dije moviendo a Billie, quien seguia durmiendo. - Billie, Billie.

- Hum... ¿Qué quieres? - habló bajito, con los ojos cerrados.

- Tenemos que irnos, vas a volver a casa. Vamos, ya muevete. - se sentó y me miró.

- ¿Podre ver a mi familia? - dijo sonriendo. Me dió risa en estado que se encontraba, su cara muy bonita recien despierta y sus cabellos unos de un lado para el otro. - Oye te hize una pregunta.

- Mira tu cabello. - me eche a reir y ella solo sonrió.

- Ya no te rías. - dijo después de unos momentos riendo.

- Tendré que peinarte. - dijo acercandome y bajandolo un poco. - Ven vamos a la otra habitación.

- ¿Y tus padres? - preguntó mientras le agarraba de la mano, haciendo que se pusiera de pie.

- Anoche no llegaron. Supongo que no estan. - me encoji de hombros, dandole poca importancia.

Llegamos frente a la puerta de la habitacion de mis padres, abrí la puerta y pasamos.

- ¿Quiere sentarse en este trono, su Majestad? - pregunté sonriendo.

- Sí. - dijo Billie y se sentó en una silla que tenia mi madre frente a cajones y un gran espejo.

- Creo que nesecitas un peinado exclusivo. - dije riendo y elevando aún más su cabello.

- Hey, para. No hagas eso. - dijo y se rió.

Le peine el cabello con un peine peinador de cabellos que se utilizaban para peinarse el cabello con un peine.

Habia silencio.

¿Qué le diria a Maryoret? "Hola, me encontré a tu hermana en la calle." Pero que gracioso, aunque esa era la realidad, creo que tenia que decirle algo asi.

- ¿A donde iremos? - preguntó Billie.

- Al colegio. Hay está tu hermana y te irás con ella, luego podras ver a tu madre.

- ¿Nos volveremos a ver? - preguntó dandose la vuelta.

- Hum... quiza. Pero ahora solo debes pensar en volver y ver a tu familia, deben estar tristes. Vamos date la vuelta, voy a seguir peinandote.

Se giró y le termine de peinar, quedando liso y bonito.

- Te dentre que buscar otra ropa.

No sabia de donde conseguiria ropa, una presentable. No una que se veia que era para niño.

- Vamos te vas a cambiar de ropa.

- ¿Me pondré mi vestido?

- No. No esta limpio para que puedas usarlo, la tela se podia dañar si lo lavaba, no se como lo lavaran ese tipo de tela. Asi que te daré otra cosa para que uses, ya en tu casa lo lavaran y te lo podras poner.

Después de un buen rato buscando ropa, encontré la misma ropa, unos pantalones y una camisa, de su talla más o menos.

- Toma, vístete, creo que te quedará. - dije tendiendole la ropa. - Yo buscaré algo para poder comer. Baja cuando estes lista. ¿Vale? - asintió y baje a la cocina a ver que podia hacer.

Lo que habia en la cocina, era casi más escasa. Se habia acabado la mermelada. Ufff, era lo único que comía. Bueno tambien el pan, pero este seguia habiendo.

Mi madre pasaria hoy en la tarde a verme y luego volver a irse. No le gustaba estar en casa y esa era la conseciencia de discucion tras discusion que se oían hasta mi habitacion cada vez que los dos estaban en casa, en una comida familiar la cual ya no lo era hace mucho. Y lo peor es que siempre tenia que estar escuchandolos y me metian mi nombre en cada una de ellas, diciendo que yo era el culpable por nacer y obligarlos a estar juntos, algo que me hacia sentir mal. Pero Georg siempre me decia que no les hisiera caso, que no les escuchara y que yo no era culpable de nada.

CAPAS DE MENTIRA  |  TOLLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora