FOR WHOM THE BELLS TOLL
Seis meses.
En ese tiempo había pasado toda una vida.
"Me gustaría pedirte un favor, si no es demasiado" dijo Edward.
Bella se preguntó qué había visto en su rostro, porque algo parpadeó en el suyo como respuesta.
Pero, antes de que ella pudiera identificarlo, él recompuso sus facciones en la misma máscara serena.
"Lo que sea", juró Bella, con voz débil.
Mientras lo observaba, sus ojos helados se derritieron. El oro se volvió líquido, fundido, ardiendo en ella con una intensidad abrumadora.
"No hagas nada imprudente ni estúpido", le ordenó él, ya indiferente. "¿Entiendes lo que te digo?".
Bella asintió, impotente.
El fuego abandonó sus ojos; volvió la distancia. "Estoy pensando en Charlie, por supuesto. Él te necesita. Cuídate, por él".
Bella volvió a asentir. "Lo haré", susurró.
Él pareció relajarse. Sólo un poco.
"Y te haré una promesa a cambio", dijo. "Te prometo que ésta será la última vez que me veas. No volveré. No volveré a hacerte pasar por algo así. Puedes seguir con tu vida sin más interferencias por mi parte. Será como si nunca hubiera existido".
Las rodillas de Bella debieron de empezar a temblar, porque los árboles se tambaleaban de repente. La sangre le latía con fuerza detrás de las orejas. Su voz sonaba lejana, un murmullo aterciopelado al otro extremo de un túnel.
"No te preocupes, Bella". Sonrió con dulzura. "Eres humana, tu memoria no es más que un colador. El tiempo cura todas las heridas para los de tu especie".
"¿Bella?" preguntó Edward, caminando unos pasos hacia la pareja en el garaje.
La chica en cuestión parpadeó, alejando el recuerdo. Bella miró el trapo blanco que llevaba en la mano, agitado por la brisa. Frunció el ceño, tardíamente consciente de que no había ráfagas de viento atravesando la puerta abierta del garaje. Sólo estaba ella, temblando por los escalofríos que recorrían su cuerpo.
Esta fría rabia era un buitre atrapado en la frágil jaula de su autocontrol. Una parte de ella estaba agotada por las interminables llamas azules que se encendían en su interior de un momento a otro. La otra parte estaba agradecida; al fin y al cabo, su ira cubría todas las demás emociones que amenazaban con desestabilizarla.
Y loba o chica, nada en Bella quería mostrar más debilidad, y menos ante él.
"Edward". Rosalie rodeó a Bella y fulminó a su hermano con la mirada. Un brazo se estiró hacia Bella, no sabía si para bloquearla o para agarrarla de la muñeca. "Ahora no es un buen momento para hacer esto. Ya sabes lo que dijeron Carlisle y Esme. Bella aún está..."
"- Adaptándose." Edward no apartó los ojos de Bella mientras arrancaba la última palabra de la mente de Rosalie. El rostro de Edward se tensó en señal de disgusto? culpa? malestar? al ver las ondas hirvientes de hostilidad que emanaban de la piel de Bella. "Lo sé. Es que..."
"Decidí tomar otra decisión impulsiva sin preocuparme por los demás". Rosalie se burló; un ceño gastado esculpido en sus facciones específicamente para las discusiones con Edward. "¿Por qué no me sorprende?"
"No actúes como si no estuvieras de acuerdo con esa decisión impulsiva la primera vez, Rosalie". Edward arrastró sus ojos oscuros hacia su hermana. "Tu actitud santurrona no cambiará el hecho de que tú también querías irte".
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Moonchild | Rosella
FanfictionDespués de que los Cullen abandonen Forks, Bella cae en una profunda depresión y empieza a arriesgar su vida para crear alucinaciones de su ex novio. Una noche, durante otro intento de ver a Edward, se cruza con un hombre lobo fugitivo, desencadenan...