Capitulo 25

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GOLD IN THE SHATTERED PLACES

Presente

¿Cómo ha podido salir tan mal? gruñó Rosalie, paseándose por su casa. ¿Cómo he podido estropearlo tanto, todo?

Las preguntas daban vueltas en su cabeza como un carrusel, y cada pensamiento era un punzante recordatorio del caos que sentía crecer en su interior. ¿Estaba enfadada? ¿Asustada? ¿O simplemente estúpida? reflexionó, deteniéndose momentáneamente para apretarse las sienes con las palmas de las manos.

Bella... es que... había algo en aquel baile, la forma en que se reía con ella...

Reanudó su paseo, con el suelo de piedra extrañamente frío bajo sus pies.

Y Emmett... Pensar en él le producía otro tipo de dolor, un dolor sordo y palpitante que se negaba a desaparecer. ¿Por qué pensar en él duele menos ahora? ¿O duele más? La confusión nubló sus pensamientos, mezclándose con la culpa que pesaba sobre su pecho.

"Maldita sea", murmuró, y la maldición se le escapó antes de que pudiera evitarlo. El sonido de su propia voz la sobresaltó, resonando en las paredes de ónice y llenando la habitación con el peso de su arrepentimiento.

Si no hubiera reaccionado así... Si tan solo pudiera controlar estos sentimientos olvidados de la mano de Dios. Dejó de caminar y su mirada se posó en el suelo, evitando su propio reflejo en la superficie espejada de una estatua de metal cercana.

¿Qué estoy haciendo? Está no soy yo...

Pero ni siquiera Emmett la había hecho actuar tan descontroladamente.

Se estremeció al pensarlo, odiando la comparación incluso cuando se formaba en su mente. Pero él tampoco me hizo sentir tanto. No como... Sacudió la cabeza, tratando de disipar los pensamientos, pero se aferraron a ella como una segunda piel, persistentes e inflexibles.

El recuerdo del festival, de Bella y aquella chica, pasó ante sus ojos. Ni siquiera pensé, simplemente... estallé. Como un verdadero monstruo. Se encogió, rodeándose con los brazos como si quisiera protegerse de la fría verdad de sus actos. ¿No soy mejor que Roy...?

Se hizo un gran silencio, sólo roto por el raro sonido de su respiración irregular.

¿Y ahora qué?

El peso de sus pensamientos se sentía aplastante, presionándola por todos lados.

Su mente corría en busca de soluciones, pero no encontraba ninguna, dejándola atrapada en una habitación llena de agua, la presión por escapar se hacía insoportable.

"¿Cómo ha podido ocurrir esto?", susurró finalmente, con la pregunta en el aire, sin respuesta.

Y esa pregunta fue como abrir la caja de Pandora, una grieta en el hielo que se extendía rápidamente por el lago helado de sus emociones, amenazando con sumergirla en las frías aguas de la realidad.

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Un día antes

La llamada se produjo a una hora intempestiva, o eso refunfuñó Leah mientras salía de las profundidades de un sueño incómodo. Rosalie giró bruscamente la cabeza hacia la puerta, con el cuerpo tenso por la expectación. Bella, mientras tanto, se frotaba los ojos, saliendo de sus mantas como un oso de la hibernación.

La puerta se abrió con un chirrido y apareció uno de los guerreros de Taji, una figura severa que se recortaba contra las tenues linternas del exterior de la casa.

Moonchild | RosellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora