Capitulo 20

183 27 3
                                    

LO QUE EL AGUA NOS DIO

Correr para adelantarse al amanecer mantenía cuerda a Bella, al menos la mayoría de los días.

Sister Rosetta sonaba en el iPod.

Los pies descalzos saltaban sobre las ramas caídas y el musgo manchado de rocío.

El aire helado pasaba por sus labios como una locomotora.

No había muchas cosas que Bella pudiera llamar suyas, así que se aferraba a estas distracciones, a esta delicada soledad, con todo lo que le quedaba mientras corría por el bosque adormecido.

Correr todas las mañanas comenzó el día en que intentó abandonar Forks.

Ese sprint borracha de sueño hacia el río chisporroteante donde ahogó todo bajo la corriente.

Y aquel día, mientras los animales observaban con cautela su desordenado bautismo, oliendo el lobo que llevaba dentro, a Bella le había impresionado la quietud.

Del agua.

Y de su mente.

Atraída por el silencio, Bella se había hundido más hasta que se tumbó en el lecho del río. Contempló un banco de salmones reales que pasaba a su lado, con pequeñas burbujas que salían de sus branquias y subían a la superficie una y otra vez. Agitó una mano entre ellas, curiosa como un niño a la hora del baño, sintiendo el sutil estallido contra la palma de la mano.

Le recordaban a las clases de biología del Sr. Molina, una de las pocas en las que la presencia de Edward no eclipsaba toda su atención.

"La simbiosis no es diferente de la salsa. Bailar es un toma y daca con tu pareja. Alguien empuja, el otro tira, pero siempre hay un dinamismo, una sincronía que comparten. La armonía de crear arte - juntos . ¿Entienden? La naturaleza funciona según el mismo principio, pero lo realmente fascinante es que sólo toma lo que tú le das de forma natural. El residuo de la respiración de un pez, el dióxido de carbono, se utiliza para alimentar a los árboles y empujarlos a través de la fotosíntesis. El desecho de un árbol, el oxígeno, proporciona aliento para que lo consuman todas las criaturas vivas. Y los desechos de todas las criaturas enriquecen el suelo que pisamos. La Tierra es un ciclo de transferencia de energía. De atrás hacia adelante. De H₂O a CO₂. De aliento a aliento. Vida a vida".

Bella extendió la mano por el agua y parpadeó al sentir la textura familiar de la fina seda entre las yemas de los dedos.

Entre el embotamiento de sus pensamientos y la sensación del río....

Era como su escudo.

Bella cerró los ojos y escuchó el lento latido de su corazón.

H₂O al CO₂.

Pasó una mano mental por la superficie de su escudo, presionándola hasta que se plegó a su alrededor como la masa.

Aliento a aliento.

Con cada tick de su pulso, Bella empujaba la barrera cada vez más lejos -apretando los dientes contra la resistencia de la corriente de la ropa interior cuando tentaba de romper su concentración. El radio del escudo alcanzó el banco de salmones, rodeándolos como un nudo corredizo.

Saboreó el terror en su sueño cuando aquellas manos pálidas le agarraron la garganta; colmillos recubiertos de carmesí se dieron un festín con su pulso mientras miraba, moribunda, las capuchas negras que la rodeaban.

Olió la desesperación en su camisa empapada de sudor mientras corría por el bosque, medio borracha en modo supervivencia.

Y Bella sintió la rabia cuajando en sus entrañas, impotente y podrida, mientras arañaba su garganta bloqueada y corría hacia sus manos entumecidas, anhelantes de una salida activa.

Moonchild | RosellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora