Capitulo 7

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—Qué juguetona era—dijo Rachel—¿Cómo lo soportaste?, San.

Santana apartó el plato de postre a un lado y literalmente se frotó el estómago.

—Eso estuvo muy bueno, pero estoy repleta—dijo ella.

—No te vemos lo suficiente—dijo Rachel mientras traía la jarra de café hacia la mesa—¿Estabas enamorada de ella?

Santana sonrió.

—Creo que me enamoré de ella a los diez años.

—¿Sentías que ella te manipulaba? Y si tus hoyuelos al reír son lindos—dijo Quinn.

—No. Créeme, era una compañera dispuesta a todo—dijo Santana omitiendo el ultimo comentario de su amiga.

—Sin embargo, ella lo controlaba—dijo.

—Te aseguro, querida Dra. Fabray, que el hecho de que estaba haciéndolo con mí mejor amiga… a por sus órdenes…desde que tenía catorce años no dejó cicatriz en mí. Ni una sola vez pensé que me estaba manipulando. Brittany estaba tan apegada emocionalmente como yo lo estaba. La diferencia era que yo podía aceptar que era gay. Ella no podía. Ella estaba predestinada no sólo a tener citas con Sam Evans, sino también a casarse con él.

—¿Y fue algo que aceptaste?

Santana agitó un poco la azúcar en su café, pensando en aquellos tiempos.

—Sí, lo acepté. No había opción referente a Brittany. Su mamá tenía toda su vida organizada cuidadosamente de acuerdo a su deseo. Brittany tenía muy poco que decir en todo lo que hacía. Creo que por eso su tiempo conmigo era tan precioso para ella—dijo—Fue la única cosa que hizo y fue elegido por ella, lo único que no tenía las huellas de su mamá por todas partes.

—Pero ustedes no se veían mucho ¿verdad?—preguntó Rachel.

—No. Especialmente cuando fuimos a la secundaria. Brittany tenía mucho que hacer, teníamos suerte de vernos una vez por semana. Incluso entonces, no siempre estábamos solas. Mi mamá siempre estaba ahí y si su mamá estaba en casa, no nos atrevíamos a ir a su habitación—Santana sonrió—Se volvía muy peligroso para nosotras estar solas—dijo ella—Éramos como un infierno a punto de explotar.

—¿Qué hay de ti?—preguntó Quinn—¿Tenías amigos? ¿Tenías alguna actividad después de la escuela?

—Tuve algunos amigos—dijo ella—Quiero decir, no estaba totalmente ciega en cuanto a lo que estaba pasando. Sabía que Brittany y yo no teníamos futuro. Sabía cuál era mi papel en su vida. Así que hice algunos amigos en la secundaria. Hice las cosas normales que se hacen. Iba al cine con ellos y pasaba el rato en la pizzería.

—¿Pero nadie sabía de Brittany?

—No. Ellos sabían dónde vivía, sabían que mi mamá trabajaba para los Pierce, eso era todo.

Santana se encogió de hombros.

—Nunca le dije a nadie que era gay.

—Así que ¿cuándo llevaste las cosas al siguiente nivel?—preguntó Rachel—Puesto que ya no tenían mucho tiempo juntas, quiero decir.

Santana tomó un sorbo de su café, sonriendo levemente al recordar la primera vez que había tocado a Brittany, la primera vez que sostuvo a Brittany mientras ella llegaba a su clímax.

—Fue un Domingo. Sus padres estaban en una subasta y tuvimos la tarde para nosotras. Tenía dieciséis años.

Flashback

Santana se quedó de pie fuera de la puerta de Brittany, tratando de calmarse.

Estaba tan nerviosa como nunca lo había estado. Habían pasado dos semanas desde que ella y Brittany habían estado juntas a solas y aun así había sido sólo unos minutos. No mucho, pero lo suficiente como para que se besaran, para que se tocaran los pechos la una a la otra.

A los 17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora