Capitulo 15

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Segunda Parte: El Amor Es Intemporal

Brittany abrazó a Ashton con fuerza, avergonzado por lo mucho que iba a extrañarlo y echarle de menos.

—Mamá, no es que me vas a enviar a otro país—le recordó.

—Es sólo que voy a echarte de menos—dijo—Eres...bueno, eres todo lo que tengo.

Sus ojos azules inteligentes la estudiaron por un momento, entonces tomó su mano y la llevó hasta el sofá.

—Tenemos que hablar.

Ella puso los ojos en blanco.

—Yo soy la mamá—le recordó—Tú tienes quince años.

—Sí, pero soy el inteligente, el maduro…—dijo—…no tengo que ir, lo sabes.

—Ashton, es la mejor escuela de medicina en el país. Por supuesto que tienes que ir.

Él inclinó la cabeza hacia la suya, sus ojos vigilantes estudiando cuidadosamente su expresión.

—¿Has estado casada con papá todos estos años sólo por mí?

La pregunta le tomó de sorpresa.

Había jugado el juego tanto tiempo que pensó que era bastante buena en ello.

¿Había visto él a través de su fachada?

—¿Por qué me preguntas eso? Tu padre y yo…

—…no son felices. Al menos tú no lo eres.

Ella se puso de pie dándole la espalda.
No estaba preparada para responder a sus preguntas, no estaba preparada para ver la verdad en sus ojos.

—Ashton, tienes un coche esperando para llevarte al aeropuerto. Este no es el momento…

—Mamá, es el jet privado del abuelo. Creo que puedo llegar un poco tarde—se acercó a ella y le dio la vuelta—Esto es importante. Me voy. No voy a estar aquí para cuidar de ti.

Ella sonrió a su declaración.

Él estaba tan grande, sin embargo, era todavía un niño. A veces había deseado que fuera un chico normal, pero eso era egoísta de su parte.

Tenía un don y él nunca había huido de eso. Acarició el cabello rubio apartándolo de su frente, haciendo una pausa para acariciar su mejilla.

—Te amo, lo sabes.

Él asintió con la cabeza.

—También te amo. Es por eso que quiero que seas feliz.

—Oh, Ashton, no es tan simple. Cuando tenía tu edad, no había opciones para mí. Tu abuela tenía todo arreglado—lo miró a los ojos esperando que él lo entendería—Eso incluía con quien debía salir, a donde iría a la universidad...y en definitiva, con quien me casaría. Ser feliz no era parte de la ecuación. No quiero eso para ti. Quiero que tomes tus propias decisiones y hagas lo que te hace feliz.

—¿Quieres decir si la escuela de medicina no es para mí?

Ella asintió con la cabeza.

—Sé que tu papá, tus abuelos, todos te empujaron por este camino. Sé de primera mano lo buenos que son en empujar en la dirección que desean. Pero tiene que ser tu decisión. No quiero que tengas nada que lamentar.

—¿Cómo tú los tienes?

Ella sonrió con tristeza.
—Sí. Tengo remordimientos. Muchos de ellos. Pero es demasiado tarde para mí. Tú tienes el mundo frente a ti. No dejes que te influyan demasiado.

—Mamá, sólo tienes treinta y ocho años. Aún podrías…

—Sólo tengo treinta y siete años…—lo corrigió con una sonrisa—Todavía me faltan unos meses para llegar ahí, muchas gracias.

—Lo siento—dijo con una sonrisa—Lo que quiero decir es que no es demasiado tarde. Si desea hacer cambios, bueno, tienes mi bendición—dijo mientras su joven rostro se ruborizaba—Con papá, quiero decir.

Ella le dio un abrazo y luego lo liberó.

—Gracias, pero no es así de simple.

Él se aclaró la garganta ligeramente.

—La Srta. Maribel dice que nunca te había visto tan feliz como cuando eras joven y tú y Santana estaban siempre juntas. Ella dice que tus ojos siempre tenían una chispa en ellos. Entonces te fuiste a la universidad y...bueno—él la miró con tristeza—Nunca he visto esa chispa mamá.

—Oh, cariño—susurró abrazándolo nuevamente—Es...es tan complicado.

Sí, todo con Santana era complicado.

No la había visto en cinco años. Sabía por Maribel que Santana estaría de vuelta en la ciudad el próximo mes más o menos.

Ellos iban a abrir otra tienda.

Sabía que Maribel estaba orgullosa del éxito que Santana y Jake habían tenido, con razón, pero intuía que Maribel estaba más feliz con el hecho de que ellos estarían más tiempo alrededor.

Sabía que una gran parte de eso era su culpa. Santana permaneció alejada por ella. Tal vez esa era una de las razones por la que siempre había sentido la necesidad de vigilar a Maribel.

Maribel era la persona que hubiera deseado tener como mamá.

Y sabía a ciencia cierta que Ashton estaba mucho más cerca de Maribel de lo que estaba con su propia abuela. Maribel era cálida y atenta, dos cosas notoriamente ausentes de la personalidad de su mamá.

Sin embargo, Santana iba a regresar a Lima. Seguramente se encontrarían en algún momento.

¿Sería tan extraño como por lo general había sido?

¿Entrarían en calor la una con la otra eventualmente?

¿Se atreverían a estar solas?

¿Seguiría estando ahí la chispa después de haber pasado otros cinco años?

Una parte de ella esperaba que todavía ardiera con intensidad, pero otra parte temía que lo hiciera.

Con Ashton lejos, su vida estaba en una encrucijada.

¿Se atrevería a hacer un cambio?

¿Sería lo suficientemente fuerte como para enfrentar a su mamá?

¿A Sam?

¿Sería lo suficientemente valiente?

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A los 17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora