⊹ ⠀⠀⠀ ✦ ⠀⠀⠀ ⊹
El sonido de la música de la fiesta todavía retumbaba en las paredes mientras Ellegaard caminaba rápido por los pasillos oscuros del edificio. Su respiración era irregular, y su mente iba tan rápido como sus pasos. Apenas podía procesar lo que había visto.
Magnus.
Con él.
Todo ese tiempo, esas promesas, esas palabras que alguna vez parecieron sinceras... ahora no eran más que humo, desvaneciéndose en el aire, quebradas por una sola mirada, un solo beso. Ellegaard apretaba los puños con fuerza, sintiendo que el dolor lo atravesaba como una daga. Había confiado en Magnus, denuevo. Le había dado todo de sí misma, cada parte rota y vulnerable que tenía. ¿Y para qué?
Para esto.
El eco de las risas y los murmullos de la fiesta se quedó atrás mientras Ellegaard se detenía en una esquina solitaria, apoyándose contra la fría pared de ladrillos, sintiendo su corazón latir con fuerza. Trató de calmarse, pero la imagen seguía repitiéndose en su mente, como un ciclo interminable.
Magnus, su Magnus, ese mismo que la miraba como si no existiera nadie más en el mundo, ahora besaba a otra persona, riendo como si nada hubiera pasado entre ellos. Como si todo lo que compartieron no fuera más que una mentira.
"¿Cómo pudo hacerme eso...?" pensó Ellegaard, el dolor volviéndose rabia.
Cerró los ojos con fuerza, luchando contra las lágrimas que amenazaban con salir. Pero cada vez que lo hacía, las escenas volvían a ella. Las noches en las que se habían quedado juntos, hablando de sueños y futuros, las promesas susurradas al oído, los abrazos que habían sido su refugio. Todo eso, ahora parecía vacío, una burla cruel.
—¡Ellie! —la voz de Magnus la sacó de sus pensamientos.
Giró lentamente para ver a Magnus parado al final del pasillo, su respiración acelerada como si hubiera corrido detrás de él. Magnus lucía confundido, tal vez preocupado, pero todo lo que Ellegaard podía ver en su rostro era la sombra de la traición.
—¿Qué quieres? —preguntó, su voz baja pero afilada como una hoja.
Magnus se acercó lentamente, su rostro lleno de confusión y algo que ella no pudo identificar del todo. ¿Culpa, tal vez? Pero la rabia en su pecho crecía, haciéndole difícil pensar en otra cosa que no fuera lo que había visto.
—Ellie, por favor, escúchame. —Magnus levantó las manos en un gesto de paz. —No es lo que piensas.
Ellegaard soltó una risa amarga, cruzando los brazos sobre su pecho mientras lo miraba con los ojos llenos de dolor.
—¿Ah, no? —su voz estaba llena de sarcasmo—. Porque desde donde yo estaba, parecía exactamente lo que pienso. Parecía que estabas... —hizo una pausa, tragando saliva—, con ella. Besándola.
Magnus abrió la boca, pero ninguna palabra salió. Ellegaard lo observó por un momento, esperando que lo negara, que dijera que todo era un malentendido, que había algo, cualquier cosa que pudiera arreglar lo que había visto. Pero no lo hizo.
Y eso fue todo lo que ella necesitaba para confirmarlo.
—Lo siento —susurró Magnus, bajando la mirada.
Esas dos palabras fueron como una bofetada. Un simple "lo siento" no podía borrar lo que acababa de suceder. No podía recomponer lo que acababa de romper.
Ellegaard lo miró con incredulidad.
—¿Eso es todo lo que tienes que decir? —sus palabras salieron con dolor y rabia. —¿Solo "lo siento"?
Magnus dio un paso hacia ella, intentando acercarse, pero Ellegaard retrocedió inmediatamente, levantando una mano para detenerlo. No podía soportar estar tan cerca de él en ese momento. Sentía que se le hacía un nudo en la garganta, un peso insoportable en el pecho que lo estaba aplastando.
—No fue... —comenzó Magnus, intentando explicarse, pero las palabras parecían atorarse en su garganta—. No significa nada. Fue un error. No sé qué estaba pensando. Solo... solo pasó. No quiero perderte. Ellie... no denuevo.
Ella se rió, pero esta vez fue una risa fría, carente de humor. Miró a Magnus con los ojos llenos de dolor, sintiendo que la desesperación comenzaba a tomar control de ella.
—¿Un error? ¿Eso es lo que soy para ti? —preguntó con la voz rota. —¿Algo que puedes reemplazar en cuanto las cosas se ponen difíciles? ¿Eso es lo que nuestro tiempo juntos significa para ti?
Magnus intentó acercarse una vez más, su mano temblorosa alzándose hacia Ellegaard, pero la castaño dio un paso hacia atrás, su respiración agitada.
—¡No! —gritó Magnus, desesperado. —¡No es eso! Ellie, yo te amo. ¡Te amo más que a nada! Esto no... no significa nada. Tú eres... tú eres todo para mí. Por favor, créeme.
Pero Ellegaard ya no podía escuchar. El eco de esas palabras, esas palabras vacías, resonaban en su mente como una cruel broma del destino. Porque si la amaba, entonces ¿por qué la había traicionado de esa forma?
¿Por qué había besado a otra persona?
—No puedo —susurró, sintiendo que las lágrimas finalmente caían por sus mejillas. —No puedo... simplemente ignorar esto. No puedo olvidarlo. Tú eras lo único real que tenía, Magnus. Lo único.
Y con esas últimas palabras, se giró y comenzó a alejarse, dejando a Magnus parado en medio del pasillo, con el rostro destrozado por el arrepentimiento.
—¡Ellie, por favor! —gritó Magnus, su voz quebrándose—. ¡No te vayas!
Pero ella no se detuvo. Siguió caminando, dejando atrás la fiesta, dejando atrás a Magnus, y dejando atrás lo que alguna vez había sido amor.
La traición, ahora, era lo único que quedaba entre ellos.
⊹ ⠀⠀⠀ ✦ ⠀⠀⠀ ⊹
💔⛅~
