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El teléfono de Lukas vibraba con insistencia sobre la mesa del comedor. El nombre "Isa" brillaba en la pantalla, pero Lukas estaba en la cocina, demasiado ocupado preparando la cena como para escucharlo.
Jesse, que estaba acomodado en el sofá con una taza de café en las manos, levantó una ceja al ver el nombre. ¿Isa? No recordaba haber escuchado ese nombre antes. Tal vez era del trabajo o alguna amiga. Sin embargo, el teléfono seguía vibrando y Jesse, con un suspiro, decidió contestar. No era raro que Lukas dejara a cargo cosas simples como esta.
Deslizó el dedo por la pantalla para contestar.
—Hola, habla Jesse, ¿en qué puedo ayudarte?
El otro lado de la línea guardó un momento de silencio, seguido por una voz femenina que sonaba sorprendida.
—¿Jesse? —La chica hizo una pausa, como si estuviera tratando de procesar lo que acababa de escuchar—. Oh... disculpa, creo que me equivoqué. Estoy buscando a Lukas. ¿Él está?
Jesse mantuvo la calma, aunque la intriga comenzó a despertarse. ¿Quién era esta Isa y por qué llamaba con tanta insistencia?
—Lukas está un poco ocupado ahora mismo —respondió con naturalidad—. Si quieres, puedo decirle que llamaste.
—Ocupado... —la voz de la chica se volvió un poco más aguda, como si tratara de contener su sorpresa—. Necesito hablar con él. ¿Podrías pasárselo?
Jesse bajó un poco la voz, mirando hacia la cocina para asegurarse de que Lukas no escuchaba.
—Te dije que está ocupado, está preparando la cena. ¿Hay algo urgente que deba saber?
Un suspiro impaciente se escuchó al otro lado.
—Mira, necesito hablar con él ahora. Dile que soy Isa, y créeme, esto es importante.
Jesse arqueó una ceja. El tono autoritario no pasó desapercibido. "Isa". Ahora el nombre tenía una connotación diferente, y aunque Jesse no conocía todos los detalles de las exes de Lukas, algo le decía que esta llamada no era una simple conversación de trabajo.
—Ok, Clara —respondió Jesse con calma, pero la tensión ya estaba presente en su voz—. ¿Sobre qué tema? Puedo anotarle el mensaje y decirle que te llame luego.
—¿El mensaje? —la chica soltó una pequeña risa incrédula—. No, esto no es algo que puedas simplemente anotar. Yo soy alguien muy importante en su vida, y no sé quién seas tú para estar contestando su teléfono, pero esto es entre él y yo.
El comentario hizo que Jesse apretara ligeramente la mandíbula. Claramente, esta llamada no iba a ser tan simple como pensaba. Isa estaba tratando de marcar territorio, y aunque Jesse no era de los que se dejaban llevar por celos irracionales, algo en el tono de superioridad de la chica lo irritaba.
—Entiendo que seas alguien de su pasado, Isa—respondió con una tranquilidad forzada—, pero ahora mismo soy yo quien contesta su teléfono. Si es tan importante, puedes decírmelo a mí.
—¿De su pasado? —repitió la chica, ahora su tono era más desafiante—. Lukas y yo no hemos terminado de resolver nuestras cosas. Estuve con él en momentos importantes de su vida. No creo que entiendas nuestra historia como para opinar, ¿quién eres tú para contestar su teléfono?
El comentario golpeó a Jesse como una pequeña ola de desdén. Su instinto era mantenerse sereno, pero no podía evitar sentir cómo esa mujer lo estaba provocando intencionalmente.
—Mira, Isa —comenzó Jesse, ahora decidido a poner fin a la conversación—, no sé qué creas que tengas con Lukas, pero sea lo que sea, no es asunto mío. Lo que sí puedo decirte es que lo que tenías es parte del pasado. Si sigues insistiendo en hablar con él, tendrás que esperar.
El silencio al otro lado de la línea duró solo un momento antes de que Isa hablara nuevamente, esta vez más insistente.
—Esto no es un juego. Lukas y yo compartimos mucho. ¿De verdad crees que puedes venir a su vida y borrar todo eso? —Ahora su voz era más tensa, casi agresiva—. Escucha, no sé quién te crees para estar en medio de esto, pero yo soy alguien que fue fundamental en su vida. Él me va a escuchar, y no vas a impedirlo.
Jesse sintió cómo la conversación se deslizaba hacia un territorio personal que no pensaba dejar pasar. Lukas y él llevaban mucho tiempo juntos, habían compartido momentos importantes, y no iba a dejar que alguien viniera a poner en duda lo que habían construido.
Soltó un suspiro, cansado de la situación, pero mantuvo la calma cuando respondió, esta vez con una firmeza que no había mostrado antes.
—¿Quién soy yo? —repitió lentamente—. Soy su esposo.
El silencio que siguió fue ensordecedor. Isa, al otro lado, parecía no saber cómo reaccionar. Lo que había sido una actitud desafiante y altanera se desmoronaba rápidamente. Jesse pudo escuchar el leve sonido de su respiración, como si tratara de asimilar lo que acababa de escuchar.
—¿Su... qué? —susurró Isa, su voz apenas audible.
—Su esposo —repitió Jesse con firmeza—. Así que, Isa, si tienes algo importante que decirle, te sugiero que lo hagas rápido o se lo dirás la próxima vez que lo veas. Pero créeme, lo que sea que compartieron, ya no es relevante para él. Porque ahora, soy yo quien comparte su vida.
La chica al otro lado no respondió de inmediato, y Jesse no la presionó. Era evidente que la noticia había sido un golpe inesperado, y aunque no quería ser cruel, tampoco iba a dejar que alguien pusiera en duda lo que él y Lukas tenían.
Finalmente, Isa soltó un suspiro tembloroso.
—No... no lo sabía —murmuró—. Yo... dile que lo llamare otro día.
Y con eso, la línea se cortó.
Jesse dejó el teléfono sobre la mesa y se dejó caer en el sofá, soltando el aire que no sabía que estaba conteniendo. El sonido de los platos chocando en la cocina le indicó que Lukas estaba a punto de terminar con la cena. Unos minutos después, Lukas salió de la cocina con una sonrisa, llevando dos platos en las manos.
—¿Quién llamaba? —preguntó Lukas casualmente mientras dejaba los platos sobre la mesa.
Jesse lo miró y sonrió de lado.
—Nadie importante —respondió mientras se levantaba para unirse a él en la mesa—
Lukas lo miró con curiosidad, pero decidió no hacer más preguntas. Sabía que si Jesse quería decirle algo, lo haría.
Jesse le devolvió la sonrisa, mientras se sentaba frente a él, sintiéndose tranquilo de haber dejado claras las cosas, incluso si la chica al otro lado de la línea no se lo esperaba.
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