Capítulo 19: « Una Sonrisa »

12 1 0
                                    

Dalton Jons

Había sonreído.

La amargada había sonreído, esto tengo que estarlo soñando.

Dije que solo le haría compañía mientras ella terminaba la pintura que le había encargado Noah de la forma más random de su vida. No entiendo como se llegaron a hablar ni como la convenció de pintar a su personaje favorito de Nanatsu no taizai, solo que lo esta haciendo ahora y está portando la sonrisa más natural provocada de la nada que había visto nunca.

¿Cómo no iba a distraerme si hace eso? 

Deje la laptop en la que estaba editando un capítulo de mi nueva creación al ver eso, mi mirada se fijo en ella y quise buscar alguna pista que me dijera porqué estaba sonriendo de esa forma tan... repentina.

— Podrías dejar de mirarme así, por favor — dice de la nada haciéndome sentir raro, ni siquiera me estaba viendo como para saber lo que hacia —. No me puedo concentrar si me ves así.

 — ¿Así cómo?

— Como si fuera un monumento increíble digno de admirar.

— Tal vez no eres un monumento, querida Diane, pero eres increíble y digna de admirar.

Oculto su rostro detrás de el lienzo aunque yo se porqué lo ha hecho y no me lo puede ocultar, no a mi. Ella se a puesto roja.

— ¿Cómo puedes decir cosas así de forma tan natural? Viniste solo a hacerme compañía y terminar de editar ese capítulo para mostrárselo a tu lectora más fiel. Te exijo que dejes de mirarme y lo hagas o habrá consecuencias.

La había tomado desprevenida y por eso se puso a la defensiva como siempre para calmar lo que le hacia sentir algún alago que le soltaran, principalmente si son míos. 

Al parecer ella todavía no comprende lo maravillosa que es, todavía no ve que ella merece el universo entero y mucho más. Si confiara más en lo especial que es, sería imparable.

 — Mandona — me mofo de ella haciendo que me dedique una de esas miradas que significan que quiere tirarme algo a la cabeza —. Esta bien, voy a termina, pero te aviso que quiero ver eso.

Le señalo la pintura, que a pesar de que ya sabía que retrataba, no me había dejado ver.

— ¿Por qué? Ya sabes de quién se trata.

— Porque lo estás haciendo tú — me defiendo pero se que no cree que esa sea la única razón pues a alzado su mano haciéndome una seña de que prosiga  — ... y porque le haz sonreído a lo que pintas.

Su sonrisa se ensancha y no suelta ninguna palabra más para seguir pintando con ese brillo en los ojos que cada vez se hacia más notable desde que llegó aquí.

Negué rápido al verla así, si le prestaba más atención  no terminaría nunca. Volví a tomar mi computadora y comencé a revisar el documento de arriba a bajo, edite y aumente algunos detalles que creí necesarios para esta historia que se estaba volviendo una de mis favoritas por todo los escenarios que habían pasado en mi cabeza desde que mi imaginación me mostro la idea. Era como si una serie se formara en mi mente y me obligara a plasmarla pues era buena, demasiado buena para solo tenerla yo.

La luz de la tarde se torno más naranja y supe que ya estaba por anochecer, justo a tiempo, ya empezaba a terminar de editar los últimos dos capítulos que había hecho esta semana por lo que ya estaban listos para ser criticados por la señorita pintora que tenía en frente.

 Mi teléfono vibro y no dude en tomarlo al quedar satisfecho con mi trabajo. Era Noah quien me escribía para joderme y preguntar como iba Janneth con el trabajo que le había dejado.

El aroma a nuestros recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora