Amor

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— Nunca dejes de enloquecerme lo necesito. 


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(+3000 palabras capitulo largo)

Al fin despues de tantos años, él tenía entre sus brazos a la mujer que amaba, nunca se considero alguien afortunado en el amor, pero ahora las cosas parecían ir de lo más hermoso al lado de Atenea

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Al fin despues de tantos años, él tenía entre sus brazos a la mujer que amaba, nunca se considero alguien afortunado en el amor, pero ahora las cosas parecían ir de lo más hermoso al lado de Atenea.

Se tomó su tiempo, no había nada de prisa, asi que beso su frente y la punta de su nariz, seguido de ambas mejillas y detrás de su oreja logrando sacarle un suspiro a su mujer, y desde ese punto bajo sus besos por su cuello donde dejó leves mordiscos y besos húmedos.

— King... — la escuchó suspirar pero por alguna razon, sentia que algo le faltaba.

— Harlequin... — susurro sobre sus labios — Mi verdadero nombre es Harlequin... — reveló ante la mirada confusa de su pareja, quien sonrió en respuesta y lo tomó de las mejillas para besarlo. 

Sintió los leves mordiscos de Atenea en sus labios incitandolo a abrirlos un poco más, accediendo ambas lenguas se entrelazaron  y juguetearon un rato, siendo sorpresivamente Harlequin quien ganó la contienda y Nea gustosa lo dejo ser, minutos después se separaron con un hilo de saliva que se cortó conforme la distancia se hizo presente. 

King miro el escote de la chica quien con el movimiento se hizo más pronunciado, ella al notar a donde miraba, tomo sus manos y lo guío para que acariciara desde sus caderas hasta dejarlas encima de sus pechos sintiendo como el agarre tenso de su pareja aparecía.

— Puedes tocar King... — habló seductoramente dejando caer sus manos a cada lado de su cabeza en una muestra de sumisión, cosa que sorprendió mucho King, quien imagino de todo menos que Atenea deseara ser la sumisa, pero tampoco le molestaba en absoluto. — Todo lo que quieras, como quieras, cuando quieras, donde quieras... Ahora soy tuya, tanto como tu mio.

Por primera vez King comprendido la magnitud de la situación, él ya no era más un espectador, no tenía que limitarse a solo ver e imaginar, tenía el consentimiento de hacer lo que deseara con el cuerpo de su mujer, se sintió como si le quitaran una soga que lo retenía, podria hacer lo que quisiera, no habia limites ni represalias. 

Así que como siempre imagino y deseo, apretó los mullidos pechos de la mujer sacándole un suspiro, pero él deseaba más, mucho más.

Levito un poco separándose del cuerpo de Atenea, bajó hasta sus botas y las quitó con delicadeza dejándolas en una esquina de Chastiefol, sujeto sus tobillos e inició un camino de caricias hasta el borde de su bonito vestido azul, el cual levantó poco a poco, dejando al descubierto su bonita ropa interior negra, cosa que lo éxito como un adolescente hormonal, continuo su camino hasta retirar la prenda por completo arrojándola cerca de las botas.

ATENEA [Nanatsu no Taizai] [King]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora