Calma

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— La vida siempre será mejor si encuentras con quien compartirla. 


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Ya entrada la madrugada, King y Atenea habían vuelto de asearse en la cascada y no tardaron nada en quedarse completamente dormidos, con Atenea abrazando a King como un oso de peluche.

Esa fue la noche en calma antes de la tormenta.



Atenea era una guerrera experimentada y adiestrada años en combate, y eso generó un instinto muy agudo para detectar la presencia de cualquier intruso y determinar si era hostil o amigable. 

Y fue esa presencia la que hizo comenzar a despertar lentamente, no era hostil pero la sentía ... incomoda.

Lo primero que vio al abrir sus ojos fue unos grandes y curiosos ojos ambar cubiertos de cristal, y la cercanía la exalto lo suficiente para brincar un poco del susto y aferrarse repentinamente a King quien dormía en sus brazos y el repentino movimiento lo despertó igualmente.

— ¿Atenea...? — y al girar su rostro para ver lo que había asustado a Nea, a diferencia de ella, el rey hada si grito — ¡Ah! 

Del susto King rodó en Chastiefol cayendo de lleno al suelo — ¿ Te exaltaste?

— ¡¿Como no me voy a exaltar si estas parado a mi lado prácticamente respirandome en la cara mientras duermo?! — reclamo el castaño mirando a su compañero.

— Ah, Gowther cariño ¿Necesitas algo?  — cuestiono Atenea con la dulzura que la caracterizaba mientras bajaba del tesoro sagrado de su pareja y lo ayudaba a levantarse.

— El capitán me mandó a despertarlos a todos — contestó con simpleza mirándolos inexpresivo — Dice que bajen a desayunar — y ese comentario los hizo temblar de solo imaginarse que él había cocinado. 

— Gracias Gowther enseguida bajamos. — y con una respuesta dada, el simplemente asintió y se encaminó a despertar a su compañero el zorro. 

— Ah, me pego el susto del siglo — reclamo King tumbandose en Chastiefol con una suave sonrisa al escuchar la risa de su amada.

— Ya no fue para tanto, en todo caso debería de ser yo quien te pida disculpas, despues de todo yo fui la que se exalto — contesto apenada sentándose en una esquina de la almohada. 

— Más bien creo que el deberia de aprender a leer el ambiente — dijo mientras volvía a incorporarse quedando hombro con hombro con ella.

— ¿Y cual es el ambiente? — tentó acercándose un poco más a él hasta rozar sus labios.

ATENEA [Nanatsu no Taizai] [King]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora