Retroceso

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— Los problemas no se acaban pero tampoco las soluciones. 



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— Entonces ¿creen que usaron la espada rota para resucitar a los demonios? — escucho la amazona preguntar a Diane desde la ventana mientras ella se mostraba seria y algo ajena sentada en una mesa al lado de Hawk.

— No, es un sello muy poderoso — contesto Meliodas seriamente.

— Créanme si el sello se rompe, toda Britannia lo notara — habló en tono bajo pero por el tenso silencio todos lo escucharon.

King miraba a su pareja algo preocupado, esa faceta suya a ninguno de los pecados le agradaba porque el hecho de presenciarla solo podía significar una cosa: "problemas".

— ¡Ahh! — gimió adolorido el cerdito llamando la atención de todos — ¡El sello...el sello se rompe! 

— ¡¿Tienes que ir al baño?! — pregunto Ban preocupado de que el cerdo no alcanzará.

Atenea se levantó de la mesa y fue a la puerta para abrirle la puerta al animalito, pero algo que dijo la detuvo en seco — Ahora que lo pienso, no solo iban por la espada, también iban por ti Elizabeth ¿porque? 

Y de pronto sintió algo, algo extraño, y al mirar hacia abajo sus ojos se abrieron con inmensidad...

Había una daga clavada en su abdomen... esta brillaba en un color celeste que lentamente se iba impregnando en su piel...

— Eso es sencillo... — hablo una voz a su costado alertándola aún más, suponiendo que era la culpable de su repentino ataque — Ella es la última pieza para romper el sello.

— ¡Elizabeth alejate de ella! — gritó su capitán corriendo hacia ella desesperado.

Pero cuando la hechicera quiso tomar a la princesa una luz blanca la rodeo y la intrusa salió disparada contra una de las paredes alejándola de ella, Meliodas tomo a la princesa en brazos alejándola de ella mientras todos se ponían alerta y en posición de ataque.

— ¡¿Qué fue lo que pasó?! — cuestionó el cerdo mirando a Elizabeth — ¡Elizabeth tu frente! 

Los pecados miraron la extraña marca en la frente de la chica y ella se tocó ese lugar sintiendo un deju vu — ¿Mi frente?... Un momento... ¡Señorita Atenea, el beso que usted me dio!

Todos miraron a Atenea que aun permanecía inmóvil en su lugar sin mover un músculo, cosa que los alertó, King se fue acercando a ella pero al tocarla su cuerpo se desplomó, todos jadearon sorprendidos al ver la enorme herida provocada por la daga enterrada en su abdomen pero lo más alarmante fue el brillo celeste que estaba contaminando su cuerpo lentamente. 

ATENEA [Nanatsu no Taizai] [King]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora