Mini momento #4

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— Entonces cuando Tini y yo fuimos a comprar suministros ¿que crees qque dijo el viejo que nos atendía? — le preguntó alegremente King a Oslo que reposaba tranquilamente en el tejado junto a él — " Un descuento para los recién casados" ¡¿Puedes creerlo?!

El sabueso solo lo miraba como si de un loco se tratara, los humanos a veces eran raros pero él ya estaba acostumbrado a las actitudes de King. 

— ¡Y luego cuando le dije: "Esto es incomodo"! ¡¿Sabes lo que dijo?! — tomó al sabueso del rostro haciendo que este se pusiera nervioso — "Creo que fue lindo" — le contesto tratando de imitar la dulce voz de su amada seguida de un chillido de emoción. — ¡ Y luego surgió la conversación más maravillosa de toda mi vida! ¡Ella dijo que si en el futuro le propongo matrimonio, ella dirá que sí! ¡QUE SI!¡Al matrimonio! ¡CONMIGO!¡Puedes creerlo, Oslo! Yo aun trato de asimilarlo. 

El rey hada abrazo al sabueso enterrando su rostro en su abundante pelaje verdoso — Cuando llegue el momento... Ni siquiera se que deberia hacer. 

— Deberias aprender mas de las costumbres de los humanos, Nea se merece lo más especial de lo especial — la voz chillona del cerdito arriba del hocico de Oslo le exalto. 

— ¡Cerdito! Eso ya se me había pasado por la mente, Atenea no se merece menos. — hablo ligeramente ruborizado mirando a otro lado. 

— ¡Mas te vale! — señaló con su pezuña al hada para luego dirigirse al sabueso — ¡Y tu, que pésimo consejero eres, bolsa de pulgas! 

Oslo aprovecho eso para comerselo iniciando un enfrentamiento entre un diminuto Hawk y el perro.

— Te va a dar diarrea, Oslo — advirtió el hada sin intención de salvar al puerco, quería pensar que su amigo no se lo devoraría, o eso esperaba. 

— ¡King! — El chico volteo hacia la voz que lo llamó, mirando a su capitán que le sonreía junto a un muy borracho Ban. — ¿Vienes a beber o que? 

— ¡Quiero otra cerveza ahora! 

— Para variar no entienden lo que es la moderación...

— Oigan ¿alguien a visto al cerdito? — escuchó preguntar a su novia desde la entrada de la taberna, logrando que King dirigiera su mirada a su perruno amigo. — No lo he visto hace un rato, me preocupa que haya salido. 

— No lo veo desde que Ban lo marino en cerveza — contestó el rubio mirando al interior del local donde estaba su amiga. 

King abrió el hocico de Oslo y extrajo al cerdito para despues descender posicionándose entre Meliodas y Atenea que estaba recargada en el marco de la puerta. 

— No te preocupes, Tini, aqui esta sano y salvo — extendió al cerdo bañado en saliva del can.

— ¿Porque esta mojado? — preguntó curiosa mirando de cerca a su diminuto amigo.

— Estaba viscoso ... — murmuró el animal algo atontado por lo que Atenea dirigió su mirada a su pareja.

— Estaba jugando con Oslo, nada de qué preocuparse...— contesto ocultando sus nervios, no podía decirle que casi era merienda del sabueso. 

— Si tu lo dices... — hablo no muy convencida — Vamos adentro. — camino seguida por el trío de pecados que no dudaron en seguir con su pequeño convivio, entre amigos. 

 

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ATENEA [Nanatsu no Taizai] [King]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora