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Sueño de libertad

"Nunca antes en su vida había experimentado la sensación de estar flotando en medio de un océano helado, se mecía con lentitud, era pacífico a su parecer y deseaba quedarse allí, no sería malo en realidad que ello sucediera, la verdad era que estaba agradecida de tener un poco de tranquilidad; estaba cansada de tanta calamidad en su vida, no quería seguir con los ojos abiertos si tenía que huir por siempre, ni los ángeles ni los demonios parecían conformes con ella, Imonae no podía quedarse a su lado, sus padres habían desaparecido para siempre de sus días como si fuera algo simple de prescindir y dolía, dolía su pecho por la tristeza que sentía, por el abandono, porque ninguna persona puede vivir sola eternamente, porque lo más normal y natural, de una forma u otra, se quiera o no, es relacionarse con otros aunque sea para dar un simple saludo del día. Solo era necesario algo de paz, un poco de amor, no pedía tanto, solo que la dejaran ser sin tener que temer por las cosas que veía o escuchaba, solo eso.

Abrió levemente los ojos viéndose en el fondo del océano, podía ver sus brazos y piernas flotando, la sensación de su cabello sobre la superficie acuosa era muy relajante, sonrió un poco, lo más seguro era que estos fueran los efectos del sedante que había sido inyectado en su cuello, podía recordar aquello con claridad; ¿Por qué? Esa era una interrogante que se repetía con frecuencia desde que tiene memoria, en especial ahora más que nunca.

Observó sobre ella viendo una figura acercándose con lentitud, parecía nadar en su dirección, braceando con parsimonia y acompañando su movimiento tres pares de alas la secundaban, con ropas extravagantes extendió una mano hacia su dirección y por alguna razón tuvo la necesidad de llegar hasta ese ser; con esfuerzo comenzó a moverse, a nadar hacia lo que creía era la superficie donde se encontraba el desconocido ser que extendía su mano en una clara invitación a seguirlo. Nadó con esfuerzo, dado todo de sí para llegar, la desesperación crecía en su cuerpo porque no era capaz de avanzar como deseaba y temía que se marchara sin ella, ¡No podía irse, tenía que hablarle, tenía que significar algo aquella impetuosa necesidad de tenerlo consigo! ¿Era parte de Anael? No lo sabía, ¿Estaban conectados? Tal vez, pero solo lo descubriría una vez pudiera llegar a tenerlo frente a frente.

—Por favor, por favor... —susurró extendiendo su brazo, su palma abriéndose tanto como podía para poder llegar a ese ser.

"Búscame, búscame..."

—Eso quiero —murmuró cansada de tanto bracear.

"Esfuérzate, ven a mí, ven, nos necesitamos"

—Sí.

Y se esforzó un poco más braceando sin darse por vencida, sintiendo la opresión en su pecho cada vez que avanzaba hacia arriba, dejando caer lágrimas aun cuando se perdieran en el vasto océano, por alguna razón sentía que ese encuentro era tan esperado por ella como por quien la aguardaba, demasiado tiempo esperado por ello. Una vez que llegó su mano fue tomada con cariño y delicadeza, pronto la claridad de la superficie lo iluminó todo para dejar ver el rostro de aquella desconocida que era nada más y nada menos que ella misma.

Los ojos de Anael se abrieron en grande al verse con una apariencia un tanto exótica a su parecer pero no dejando de ser ella después de todo, entrelazó las manos con las de su alma, por primera vez sintiéndose completa, cálida, feliz, de pronto el mundo parecía tener sentido, se sentía tan a gusto, regocijo puro por encontrar aquello que le habían quitado porque, tal vez no pudiera tener confirmación, pero sabía que eran un solo ser, era su alma, la parte que le falaba, esa joven frente a ella era la verdadera apariencia que debía tener, su vida pasada, su presente oculto y su futuro incierto.

—Te encontré —susurró con una sonrisa, ambas juntando sus frentes en un suave contacto, felices y la luz que se creó entre ellas se expandió por todo el lugar quitando cualquier incertidumbre, dejando en Anael una agradable sensación de paz y seguridad."


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