𝐔 | Una misión fallida con su equipo lleva a Ino Yamanaka al pasado. ¿Podrá detener la masacre Uchiha? ¿podrá regresar a su tiempo? o ¿es un mandato divino o un genjutsu?
Ella no tiene idea, los Uchiha menos.
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𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐗𝐕𝐈: ❛ El inicio del fin ❜
La furia comienza a crecer, su sangre se siente caliente y su presencia es arraigada por sus pasos firmes y la ira que emana puede perpetuar el miedo que pretende hacer sentir. Ya no le importa que los Uchiha lo vean caminar por las calles del Distrito Uchiha o de la Torre del Hokage.
A esas alturas no le interesa ser reconocido por otros Uchiha, al final demostró que no era niño idiota que solía ser, que ahora es él dueño de todo lo que conocen y lo que le deben.
Los Uchiha que pretenden detenerlo caen inconscientes cuando aparece en la oficina de Fugaku. Obito traspasa la puerta y el otro simplemente le mira sin ninguna sorpresa. Fugaku siempre ha sido buen shinobi, tal vez de los mejores que ha nacido en Konoha.
—Antes solías tocar la puerta.
—¿Mucho trabajo, Fugaku?
Obito es sarcástico y altanero, ve la montaña de papeles que se asoma en su escritorio, hay una pila en cada lado de la mesa, Fugaku entre sus manos tiene un pergamino. Un aviso.
—Por eso el anciano solía divagar por la aldea sin hacer su trabajo —Fugaku no le quita la mirada de encima y, ciertamente, ser Hokage es un trabajo administrativo bastante pesado para alguien que siempre estuvo en el campo de batalla.
—Me imagino que no estas aquí para darme consejos —Fugaku se cruza de brazos sin expresión en su rostro.
Obito se burla internamente, Itachi es la calca de su padre, tan hermético y serio, con movimientos precisos; Itachi es solo la versión joven de Fugaku Uchiha. Con aquel semblante rígido, el cabello oscuro y cenizo, la mirada penetrante. Es solo una versión más polémica de él.
—¿Qué aldea pide explicaciones ahora?
Obito toma asiento en el escritorio y le mantiene la vista a Fugaku. Ninguno se doblega ante el otro.
—Ya deberías saberlo —Fugaku es concreto, no es de las personas que se dejan manipular solo por obtener un cargo de manera simple.
Fugaku es igual o más racional que Itachi. Obito se jacta internamente porque Fugqku nunca ha confiado en él y de cierta manera lo sabía, sin embargo, ambos trabajaban para el mismo objetivo: reivindicar al Clan Uchiha. Ahora no está muy seguro de tenerlo como aliado y tal parece, Fugaku juega su propio juego. Astuto, piensa Obito.