Capitulo 3

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Malia salió de su clase de pintura, con la mente puesta en Kylie.  Debía encontrarla, debía saber cómo estaba. La cafetería estaba casi vacía, y todos sus amigos ya se habían ido a sus casas.

“Kylie, ¿dónde estás?”, se preguntó internamente, con el corazón acelerado.  Comenzó a recorrer los pasillos, buscando con la mirada a su amiga.

Al pasar frente a un salón vacío, escuchó un sonido que le heló la sangre.  Era un sollozo, débil pero desgarrador, como el de un animal herido.  Se acercó lentamente, sintiendo una punzada de temor.

Al asomarse por la puerta entreabierta, la encontró. Kylie estaba de rodillas, abrazándose a sí misma, mientras las lágrimas recorrían su rostro. Su cuerpo temblaba, y su rostro mostraba una tristeza tan profunda que Malia sintió un nudo en el estómago.

Con un movimiento impulsivo, Malia corrió hacia ella.  Kylie levantó la mirada, sus ojos rojos e hinchados reflejaban el dolor que sentía.  Malia la envolvió en un abrazo fuerte, sintiendo su cuerpo rígido por la tensión.

-Kylie,  ¿qué pasó? ¿Qué te hizo Ethan?- preguntó Malia, con voz suave, mientras acariciaba el cabello de Kylie.

Kylie se aferró a Malia, su cuerpo  temblando con violencia. -Ethan... me... me engañó... con otra.  No... no lo puedo creer...  me... me dijo que me amaba... -

Las palabras de Kylie eran entrecortadas,  mezcladas con sollozos.  Malia no podía entender con claridad lo que decía, pero intuía que Ethan le había hecho algo terrible.

-Tranquila, linda.  Tranquila, estoy aquí contigo- susurró Malia, con la voz llena de compasión.  -Todo va a estar bien.  Vamos a salir de esto juntas-

-¿Qué voy a hacer, Malia?- dijo Kylie,  con la voz ahogada. -No puedo... no puedo volver a mi casa.  Mis padres... van a hacer preguntas-

Malia sintió un torrente de ternura por Kylie. -No te preocupes.  Vamos a mi casa.  Mis padres te quieren mucho.  Están acostumbrados a que te quedes a dormir-.

-¿En serio?- dijo Kylie, con una pequeña sonrisa.

Malia le asintió, con una sonrisa cálida. -Claro que sí.  Ven,  vamos a ir a mi casa-

Malia tomó la mano de Kylie,  y juntas salieron del salón.  Malia podía sentir la mirada de Kylie sobre ella, una mirada llena de agradecimiento.

-Gracias, Malia.  No sé qué haría sin ti-  dijo Kylie,  con voz débil.

'No digas eso, Kylie.  Siempre estaré ahí para ti-  respondió Malia, con sinceridad.

Al salir de la universidad,  Malia tomó un taxi.  Durante el viaje, Malia no pudo evitar sentir un poco de culpa.  Había pasado tanto tiempo preocupándose por Kylie y su novio, que había descuidado sus propios sentimientos.

-Kylie, ¿estás bien?- preguntó Malia,  tomando la mano de Kylie.

Kylie la miró,  con una mirada llena de tristeza. -No estoy segura, Malia.  No sé si alguna vez estaré bien-

Malia la abrazó,  sintiendo su cuerpo delgado y frágil contra el suyo. -Sí lo estarás. Yo te voy a ayudar.  Y juntas vamos a superar esto-

Al llegar a la casa de Malia,  Kylie sintió un poco de alivio.  La casa de Malia era cálida y acogedora,  un lugar donde siempre se sentía segura.

-Hola, hija- dijo la madre de Malia,  con una sonrisa. -Me alegro de que hayas venido... y con Kylie- sonrió aún mas- eres bienvenida siempre cariño-

-Hola, señora Baker- respondió Kylie, con una pequeña sonrisa.

-No seas formal, mi niña.  Puedes llamarme Paula-  dijo la madre de Malia, con un tono amable. -Te has puesto un poco pálida.  ¿Qué te ha pasado?-

Malia la miró,  con una mirada suplicante. -Mami ¿podrías prepararle una taza de chocolate caliente a Kylie?  Necesita un poco de consuelo-

Paula asintió, comprendiendo la situación sin necesidad de palabras. Se dirigió a la cocina, dejando a las dos amigas solas.

-¿Estás segura de que estás bien?- preguntó Malia, con preocupación, tomando la mano de Kylie.

-No estoy segura- dijo Kylie, sus ojos llenos de lágrimas.  -¿Cómo pude ser tan tonta?-

-No te culpes, Kylie.  Lo que hizo Ethan está mal.  Tú no hiciste nada malo- dijo Malia, con voz suave.

Malia la abrazó, sintiendo su cuerpo temblar.  -Kylie, tienes que ser fuerte.  Yo te voy a ayudar.-

Kylie se aferró a Malia,  sintiendo un alivio que no podía explicar.  Malia era su roca, su refugio en la tormenta.  En ese momento,  Kylie se dio cuenta de que Malia era la única persona que podía confiar.

-Malia..-  dijo Kylie,  con la voz ahogada por la emoción. -Te necesito-

-Yo siempre voy a estar aquí para ti- respondió Malia, con determinación.

En ese instante,  Malia sintió un nuevo sentimiento crecer en su corazón.  Un sentimiento que la llenaba de esperanza y de un amor que nunca había sentido antes.  Un amor que se había transformado de una amistad profunda a algo más intenso.  Malia se dio cuenta de que amaba a Kylie,  y que haría cualquier cosa para protegerla, en cuento escuchó esa palabra salir de la boca de Kylie.

Paula entró a la sala, llevando dos tazas humeantes de chocolate caliente.  La casa se llenó con el aroma a cacao y a canela.  Malia y Kylie se miraron,  con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

-Aquí tienen- dijo Paula, con una sonrisa. -Un poco de chocolate caliente para alegrar el día-

Malia y Kylie agradecieron el gesto,  sintiendo un poco de paz invadir sus corazones.  En medio del dolor,  la amistad, la confianza y el amor que compartían eran un bálsamo para sus almas.

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Soy mejor que Él |  Kylia (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora