Después de lo que pasó en el bosque con Derek, todo cambió. Sabía que ya no había vuelta atrás. No importaba cuántas advertencias me dieran, no podía evitar la atracción que sentía por él, ni el deseo de descubrir todos los secretos que Beacon Hills ocultaba. Yo quería entenderlo, y más importante, quería estar cerca de él.
Al día siguiente, la escuela fue más insoportable que nunca. Scott McCall evitaba mis preguntas, y la tensión entre nosotros crecía con cada momento. Sabía que estaba molesto por mi cercanía con Derek, pero no entendía del todo su preocupación. ¿Era realmente por protegerme o había algo más detrás?
En el almuerzo, me senté solo, sin ánimo de lidiar con las preguntas de Lydia o los comentarios sarcásticos de Jackson Whittemore. Allison Argent pasó por mi mesa, dándome una sonrisa amigable, pero la evitó rápidamente cuando vio a Scott acercarse.
—¿Qué pasó anoche? —preguntó Scott, bajando la voz. Su preocupación era evidente.
—Hablé con Derek —respondí, encogiéndome de hombros como si no fuera gran cosa.
—¿Estás loco? —exclamó Scott, mirando alrededor como si alguien pudiera escucharnos. —Te dije que te mantuvieras alejado de él.—Sí, bueno, no soy muy bueno siguiendo reglas, McCall.
Scott apretó los puños, claramente frustrado.
—No entiendes en lo que te estás metiendo, Stiles. Derek no es lo que parece. Y si sigues acercándote, podrías salir herido... o peor.La advertencia de Scott resonaba en mi cabeza incluso después de clase. Beacon Hills estaba lleno de secretos, y cada vez me sentía más atrapado en ellos. La figura de Derek era como un faro en medio de esa oscuridad, atrayéndome hacia un lugar del que no sabía si podría salir.
Esa noche, mientras caminaba hacia mi Jeep en el estacionamiento, una sensación extraña recorrió mi cuerpo. Era como si alguien me estuviera observando. Me detuve y miré alrededor, pero no vi a nadie.
Justo cuando estaba por subir al Jeep, Derek apareció desde las sombras, moviéndose con la gracia de un depredador.
—Tenemos que hablar —dijo, sin darle importancia al hecho de que casi me dio un infarto.
—¿Tú también? —respondí con sarcasmo. —¿Qué es, una tradición local decirme que me mantenga alejado? Porque no está funcionando.
Derek dejó escapar un suspiro pesado, pero había algo diferente en él esta vez. Parecía preocupado.
—Hay algo más peligroso que yo rondando por Beacon Hills, Stiles. Y está más cerca de lo que crees.Derek no dijo nada más. Se quedó en silencio, mirándome como si quisiera decirme algo pero no pudiera. Finalmente, dio un paso hacia mí, acortando la distancia entre nosotros. Podía sentir el aire frío a su alrededor, y el peso de su presencia era casi abrumador.
—No puedo mantenerte a salvo si sigues así —susurró, su voz baja y grave. Había una mezcla de advertencia y preocupación en sus palabras.
Y en ese momento supe la verdad: Derek no era solo peligroso. Era alguien que estaba dispuesto a arriesgarlo todo por protegerme.
Sentí un nudo en el estómago, una mezcla de miedo y algo más profundo, algo que no quería admitir. No sabía si lo que sentía era atracción, curiosidad, o ambas cosas, pero sí sabía una cosa: No iba a dejarlo.
Antes de que pudiera pensar en lo que estaba haciendo, di un paso hacia él. Nuestras miradas se encontraron, y por un instante, todo lo demás dejó de existir. El viento soplaba suavemente alrededor de nosotros, pero yo solo podía concentrarme en los ojos oscuros de Derek, en la forma en que me miraba, como si estuviera debatiéndose entre alejarme o acercarse más.
—No me importa el peligro —dije finalmente, rompiendo el silencio. —Si hay algo en lo que soy bueno, es en meterme en problemas.
Por un segundo, Derek sonrió. Fue tan rápido que apenas lo noté, pero estuvo allí, y eso fue suficiente para hacer que mi corazón latiera más fuerte.
—Estás loco —murmuró, pero había un leve tono de admiración en su voz.
—Eso dicen —respondí, sonriendo.
Derek negó con la cabeza, pero no retrocedió. Y en ese momento, supe que, aunque no lo admitiera, estábamos unidos por algo que iba más allá de lo que cualquiera de los dos entendía.
Beacon Hills no era solo un pueblo con secretos. Era un lugar donde el peligro y el deseo se entrelazaban en formas que nunca había imaginado. Y ahora, yo era parte de eso. Y lo peor de todo es que no quería salir.
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Beacon Hills
FanfictionNunca pensé mucho en cómo moriría... a menos que contaras mis múltiples intentos de meterme en problemas sobrenaturales. Pero, si debía morir enfrentando a una amenaza mística o algún monstruo de Beacon Hills, creo que al menos tendría una buena his...