La fogata chisporroteaba en la penumbra del bosque, su luz danzando sobre los rostros de Scott, Derek y el mío mientras trazábamos nuestro plan. La tensión seguía presente, pero no había espacio para dudas. Sabíamos lo que teníamos que hacer.
—Los cazadores tienen ventaja numérica, pero no nos conocen como nosotros los conocemos a ellos —dijo Derek, su tono firme y calculador. —Vamos a usar eso.
Scott asintió, su expresión seria. Había dejado atrás cualquier rastro de duda.
—Si logramos dividirlos, podemos manejarlos en pequeños grupos. No será fácil, pero es nuestra mejor opción.Yo me incliné hacia adelante, estudiando el mapa rudimentario que habíamos trazado en la tierra.
—¿Qué pasa si no se dividen?Derek me miró, su mirada intensa pero confiada.
—Entonces improvisamos.Era típico de Derek: directo, decidido. Pero esta vez no hubo advertencias ni intentos de dejarme fuera. Yo era parte del equipo.
Nos movimos al amanecer, cuando el bosque estaba envuelto en una niebla espesa que amortiguaba el sonido de nuestros pasos. Cada movimiento era calculado, cada respiración controlada.
Derek lideraba el grupo, su figura imponente un recordatorio de la fuerza y el peligro que encarnaba. Scott y yo lo seguíamos de cerca, nuestras miradas alerta a cualquier señal de los cazadores.
Cuando llegamos al lugar acordado, una antigua estructura de piedra medio derruida, Derek se giró hacia nosotros, sus ojos brillando con determinación.
—Scott, tú te quedas en el flanco derecho. Stiles y yo iremos al izquierdo. Si los dividimos lo suficiente, tendrán que reorganizarse, y ahí es cuando atacamos.
Scott asintió y desapareció en las sombras sin decir una palabra. El peso de lo que estaba por venir era palpable.
Derek me miró entonces, pero no dijo nada. No había necesidad de palabras. Sabíamos lo que teníamos que hacer.
No pasó mucho tiempo antes de que los cazadores aparecieran, moviéndose en formación como un equipo entrenado. Había seis de ellos, armados con ballestas y cuchillos de plata.
Derek me indicó con un gesto que me quedara atrás mientras él se adelantaba, moviéndose como una sombra entre los árboles. Lo observé atacar con una precisión letal, sus movimientos fluidos y feroces.
Mientras tanto, yo usé la distracción para sabotear sus suministros. Encontré un pequeño cargamento de flechas y trampas que habían dejado cerca y me aseguré de inutilizarlas. Era un trabajo rápido y silencioso, pero cada segundo contaba.
Cuando uno de los cazadores me vio, mi corazón se aceleró, pero antes de que pudiera alertar a los demás, Derek apareció detrás de él, derribándolo con un movimiento rápido.
Me giré hacia Derek, mi respiración agitada, pero él simplemente asintió. No hacía falta decir nada. Estábamos sincronizados.
El grupo se dividió tal como habíamos planeado. Scott estaba manejando a tres de ellos en el flanco derecho, mientras Derek y yo nos enfrentábamos al resto. Pero no todo salió como esperábamos.
Uno de los cazadores lanzó una bomba de humo, llenando el área con una niebla opaca que me hizo toser y perder de vista a Derek. El pánico me golpeó por un momento, pero me forcé a concentrarme.
—¡Derek! —grité, avanzando a ciegas entre el humo.
Lo encontré peleando con dos cazadores al mismo tiempo, sus movimientos más lentos por la herida en su costado.
—¡Cuidado! —grité al ver a un tercero acercándose por detrás con un cuchillo.
Derek reaccionó al instante, derribándolo con un giro rápido. Pero el movimiento le costó; vi cómo su rostro se contrajo de dolor.
Me acerqué corriendo y tomé el cuchillo caído, colocándome a su lado.
—Sigamos. Juntos.Finalmente, después de lo que parecieron horas, logramos reducir al último de los cazadores. Derek estaba cubierto de sudor y sangre, pero seguía de pie, su fuerza inquebrantable.
Scott apareció poco después, con cortes y moretones, pero ileso. Habíamos ganado.
Nos quedamos en silencio por un momento, dejando que la realidad de nuestra victoria se asentara. Habíamos sobrevivido.
De regreso al refugio, mientras Scott revisaba el área, Derek y yo nos quedamos solos por un momento.
Estaba sentado junto a él, observando cómo el fuego de la fogata iluminaba su rostro. Había algo diferente en él ahora, algo más relajado, más humano.
—Lo hiciste bien —dijo Derek de repente, rompiendo el silencio.
—Gracias a ti —respondí con una sonrisa leve, sintiendo cómo el cansancio finalmente comenzaba a pesar en mí.
Derek me miró, y aunque no dijo nada más, la forma en que su mirada se suavizó lo dijo todo. Habíamos pasado por el infierno juntos, y ahora estábamos aquí, vivos.
Me incliné hacia él, apoyando mi cabeza en su hombro, y sentí cómo dejaba escapar un suspiro, relajándose un poco. Era un momento simple, pero era nuestro.
Mientras la fogata chisporroteaba y la noche volvía a envolverse en silencio, supe que esto no era el final. Los cazadores volverían. El peligro seguiría acechando. Pero por ahora, estábamos juntos, y eso era suficiente.
El horizonte estaba lleno de incertidumbre, pero también de algo que hacía mucho tiempo no teníamos: esperanza.
![](https://img.wattpad.com/cover/378357339-288-k407923.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Beacon Hills
FanficNunca pensé mucho en cómo moriría... a menos que contaras mis múltiples intentos de meterme en problemas sobrenaturales. Pero, si debía morir enfrentando a una amenaza mística o algún monstruo de Beacon Hills, creo que al menos tendría una buena his...