Ya cuanto tiempo ha pasado desde que comencé a escribir, recuerdo que fue el 15 de mayo de este año cuando decidí adentrarme a la selva de mi ser para descubrir quién soy, aun que al principio escribí solo para sentirme aliviado. Unos se drogan, otros beben y yo escribo para sentirme mejor, que buena adicción había encontrado. Le mostré a mi madre lo que había escrito que para mi sorpresa le gusto mucho, entonces de ese modo sentí la necesidad de seguir ilustrando en el papel la magia que se escondía en mi corazón, al inicio la inspiración fue gloriosa y mis textos estaban cubiertos de verdad, de mi, de recuerdos y de mucha nostalgia, era mágico como recubría cada página con todos esos implementos. Le mostré a mi ex novia el libro la cual siempre me ha apoyado mucho, sinceramente no sé porque lo hace, porque está aquí conmigo sufriendo mis penas y disfrutando mis alegrías a pesar de todo lo que le cause, que mujer tan sorpréndete la que tuve la fortuna de conocer, que demostró que me amaba y que a pesar de todo lo que pasara seguiría conmigo en las buenas y en las malas. Admiro su sonrisa, admiro su mirada, admiro sus sentimientos, admiro su forma de amar, admiro cada parte de ella porque gracias a ella he aprendido que vale la pena amar, que vale la pena creer en que en verdad hay personas a las cuales le importamos, a las cuales aunque nos estemos derrumbando a pedazos ellas buscaran el mejor pegamento para reparar lo que está roto. Ella aporto una pieza al rompecabezas para saber quien soy en realidad.
Este año me di cuenta que madure mucho como persona y escritor, ya me tomo enserio eso de compartir una cama con alguien, de besar labios pequeños, de complementarse con alguien una noche y en desnudez, de entregar lo que se siente sin miedo a recibirlo de nuevo en pedazos, a medias o a menor medida, lo importante era que se entregara de verdad, con todo, sin límites ni excusas, con el sabor agridulce de la persona, de la otra dependería si el amor se haría realidad o no, cuando te entregas todo sientes el miedo de la traición, de la desconfianza, de muchos otros tormentos que en este momento desilusionan a miles de enamorados, pero de esto se trata la vida, de creer en lo imposible sin miedo al fracaso o las caídas. Ya no le tengo miedo a la muerte, se convirtió en otra vida para mí, me entere que le tengo miedo al dolor tanto físico como mental y que si no siento ese dolor jamás lo superare, me di cuenta que ya me da igual los demás, que soy un egoísta compulsivo y que ahora lo único que deseo es ser odioso y amargado cuando la verdad es que mi personalidad no lleva una pizca de ese maldito rencor, que soy realista pero a la vez soñador, que Dios si existe y es el ser mas importante en cualquier vida.
Han ocurrido muchos acontecimientos importantes por así decirlo, hoy nos dispusimos a organizar la terraza y quedo bien pero solo recogimos la basura, la pusimos en costales y barrimos todo el lugar, para mí al menos eso es algo bueno, también mi tío sufrió un infarto en cuanto a eso no me sentí, mal, tampoco feliz, menos desilusionado o triste, sentía solo vacio, lo quiero, es parte de mi "familia" pero no por eso tuve la sensación de dolor o pesar, quizás fue porque lo puse en manos de Dios, que sea lo que él quiera, y fue lo que él quiso ahora él se encuentra mucho mejor, pronto volverá, de eso estoy seguro. Quién sabe si esa noche hubiera muerto me habría dado remordimiento o arrepentimiento por no decirle que lo quería, no soy de esas personas que se arrepienten, aunque creo que nunca es tarde para decir que cambie de opinión, puede que me hubiera puesto a llorar todos los días siguientes tratando de preguntarme y preguntarle a Dios el por qué de lo que sucedió, como sea, no quiero ser de esas personas que al morir alguien sienten un amor inexplicable que nace de un momento a otro, no sirvo para fingir un sentimiento que no es cierto, o quizás sí pero no siento la necesidad de mentirle a un muerto. También me he convertido un poco más torpe, ya estoy cansado de cometer las mismas estupideces sin aprender, parece que me perdiera en un mundo distante mientras en este cometo errores que cualquier otro ser vivo no podría cometer, lo más seguro es que si ocurriera una catástrofe y me trataran de salvar, me tropezaría con una piedra, y me perdería en el vacio cualquiera en que cayera, odio ese ser torpe que habita en mí, es como si a esa persona le importara una mierda lo que cometiera, demasiado despreocupado, al parecer pienso solo en mí mismo y por ese mismo motivo soy tan idiota en ocasiones, todos tenemos días en los cuales no queremos ni pensar, lo mismo me pasa a mi pero todos los días, no presto interés en nada de lo que me rodea y a la hora de responder digo cualquier cosa que me saque del lio, no sé que sentir este momento por la torpeza que cometí, ¿acaso odio hacia mi mismo?, sinceramente creo que no estaría mal un poco de rabia compulsiva y asco hacia mi yo torpe, quisiera despertar el valor que hay muy al fondo de mi corazón y que cogiera un cuchillo muy filoso y degollara a todos esos otros valores innecesarios que hay en mí, si por mi fuera que el valor apuñalara el miedo y que descuartizara la torpeza que hay en cada acción que efectuó, pero no lo hago y ¿saben por qué?, porque eso es lo que me hace Juan Manuel, todos esos errores son los que me hacen quien soy, si me veo dispuesto a destruir todo aquello que me complementa eso significara deshacerme de lo que soy ahora. Además de nada hubiera servido haberme preguntado quien soy yo si iba a cambiar el rompecabezas por completo.
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¿Quien soy yo?
DiversosHoy me miro al espejo y busco el reflejo pero me termino perdiendo en lo recóndito del vació de mi corazón... y me pregunto... ¿Quien soy yo?