3. Soledad acogedora

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Siempre me gustaba mirar los atardeceres o quedarme asoleándome toda una tarde hasta que el calor me cambiara de color la piel, claro era genial, pero mediante pasaba el tiempo la terraza grande y maravillosa se convirtió en un basurero casero por así decirlo, todo lo que ya no se usaba se llevaba arriba lo cual ocupaba gran espacio, hubo un tiempo donde hubieron animales; conejos, pollitos, gallos y gallinas. Era como tener una granja pequeña en casa pero igual nunca me gusto haber tenido que compartir mi espacio personal con animales que dejaban sus desechos donde quisieran, era algo asqueroso a decir verdad pero, ya me había acostumbrado al mal olor de los desechos de los animales y la pestilencia de sí mismos. Después de unos años de convivir entre animales se deshicieron de ellos quedando todo ese espacio libre para mí :D, aun que la alegría no duro tanto pues, en el barrio donde vivo se había comenzado a destruir casas para algo llamado proyecto san Jose, el cual sonaba fantástico, demasiado como para ser cierto, así que nuestra casa quedo sola entre un montón de escombros, y basura que desechaba la gente, ahora el basurero casero de mi casa no era nada comparado al resto de mi alrededor. Como les decía todo se volvió muy peligroso debido a la soledad de la casa, por lo cual tuvieron que comprar un perro que para los pocos días ya habían dejado escapar, en realidad es una historia graciosa la cual algún día escribiré si me acuerdo. Después compraron otro perro, el cual en este momento todavía esta... por decirlo alguna forma "viviendo", sus primeros años debieron haber sido épicos, pero después, cuando destruyeron mi terraza basurero para convertirlo en un apartamento medio terminado basurero el cual ya sin exagerar parece un basurero de verdad, techaron la terraza subieron los muros, el perro quedo encadenado y aquel calor que tanto me gustaba, las estrellas que tanto me enamoraban y los atardeceres naranja que me causan ahora nostalgia ya no entraban por la terraza, era triste, claro, el tiempo que no pasaba en la computadora o frente al televisor lo pasaba mirando al cielo, y dejándome quemar por el fuego del sol, fue bueno haber podido compartir tanto tiempo en esa terraza, en ella se hacían asados, natillas, fiestas y demás cosas con la familia, era bueno el tiempo pasado, no sé si el futuro podrá superar lo que algún día viví en el pasado, lo cual creo imposible, pues... el ayer a veces es mejor de lo que el hoy te puede dar, incluso el futuro.

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