19. La Primera Vez

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Mi madre me dice que para todo hay una primera vez y es la verdad, hay veces en que creemos y aseguramos que no haremos algo y días, meses, semanas o años después la efectuamos, no podemos decir que no haremos algo porque puede que el día de mañana podamos estar necesitándolo, aquella chica con anteojos y gorda a la que aseguras nunca amar, te confirmo que el día de mañana cuando tenga una linda figura la vas a estar deseando como nunca y tu serás el idiota que caerá a sus pies, pero tranquilo que para todo hay una primera vez y te darás cuenta que te equivocaste al juzgarla de esa manera, admitir que nos equivocamos por primera vez es el paso principal para mejorar, se que te cuesta negar que eres perfecto aunque sea inténtalo, cambiar es imposible pero mejorar no, solo es cuestión de creer. Todos tememos siempre la primera vez, pero después de probar el sabor de lo efectuado nos volvemos adictos a ello y tratamos de sentir lo mismo que se sintió la primera vez, aunque sabemos que es imposible nos inculcamos la dulzura de la ocasión como propósito para alcanzar, no hay que soñar con lo que fue, soñemos con lo que vendrá, no tendrá la misma consistencia de aquel día pero tendrá algo que no tuvo ese momento, experiencia, la experiencia y pasión, si se juntan ambas te podrán hacer olvidar aquello que creías inolvidable, por ejemplo, cuando te enamoras en la primera ocasión, crees que con esa chica te vas a casar y que como ella no hay ninguna, pero el amor se pierde y te enteras de que mujeres como ella sobran, hasta que un día te vas a cruzar con una que en verdad te demuestre que es diferente y será la última ocasión la que te hará creer que el amor existe después de tanto fracaso, de eso se trata la vida, de enterarse de la verdad al último minuto. Todos creen que la marca más grande la deja el primer momento, pero yo estoy seguro que el ultimo es el que hace sentir más nostalgia, saber que ya nunca más se podrá sentir la magia de esa acción te hace sentir algo triste, desmotivado y sin ganas de continuar, así mismo te deja el amor, sin ganas de amar, y te hace creer que ya no vale la pena hacerlo, cuando es más doloroso vivir sin amor, es como si te resignaras a todo y lo único que sintieras dentro de ti fuera un vacio, es extraño, así me siento yo, triste, amargado y con ganas de amar, siento una chispa en mí que me dice que en algún momento ocurrirá, el de sentir un amor verdadero. Me daría igual sufrir en esa ocasión, sufrir de abandono, pues en este momento la melancolía existe en mi pero es muy pequeña para que duela. No sé qué sería de mi sin ella, y es que es malo apegarse, pero es ridículo perderla después de tanto tiempo que espere a ese momento, ella me hace sentir que algo en mi va a encender y va hacer que en mi interior el infierno se forme de una débil flama que ella poco a poco, con sus besos y sus caricias ha ido encendiendo, ella me está enseñando a amar, quizás sea la primera vez y siento que si la llego a perder, todo ese progreso se derrumbara y tal vez conmigo haciéndome caer en esa melancolía y el vacio que hay en mi pecho, estoy tan seguro que lo que por ella siento no es capricho pues podría decir que se ha vuelto una parte de mi corazón, una parte de ese extraño ser que duda de si mismo y no está en lo absoluto seguro de lo que quiere, ella me hace sentir completo aunque no existan los complementos, me ha sabido entender a pesar de todos mis complejos, vale la pena decir que ella podría ser la primera chica a la que podría amar.

Para todo hay una primera vez como dije, para amar, para odiar, para vivir, para despertar, para besar y etc. Y se preguntaran porque dije para despertar, pues resulta que hay personas que llevan toda su vida amarrados a fantasías, se hacen creer que el mundo es una maravilla, cuando todo su alrededor es un asco y es que no hablo como una persona negativa, soy realista ante el mundo y se cuando es bueno poder soñar con algo que es una realidad alterna, como decía, las personas duermen en la ignorancia y el miedo solo por sentir seguridad, hasta que abra un momento donde la vida los golpee y le diga que la vida no es sueño y tendrán que despertar de esa cálida mentira. Y ahora dirán, como que para vivir, si siempre hemos estado vivos, pues... resulta que no, estar vivo y vivir son cosas muy distintas, estar vivo es mantener en monotonía y en cotidianidad, sin explorar cosas nueva ni tratar de descubrir nuevas maravillas, es como leer el mismo libro una y otra vez para toda la puta vida, en cuanto vivir, es aventurarse a eso que los demás temen, tratar de ser diferente y llevarle la contraria a quienes siguen la corriente, es buscar algo nuevo por que vivir cada día y leer un libro diferente cada cierto tiempo, escala montañas, vuela buscando el atardecer y camina lento mientras tratas de robar las estrellas, según mi punto de vista para mí esto es vivir.

Y ahora voy a relatar mi primer beso, fue algo mágico ciertamente, era diciembre; desde que la vi por primera vez sabia que en ella había algo maravilloso, no era solo su sonrisa la que me mataba si no su mirada y la forma en que sus palabras emitían inocencia, sinceramente en ese tiempo solo me gustaba robar besos de un segundo, y eso fue lo que hice, me decidí a robarle un corto beso, a ella le gusto pero fingía como si no lo hiciera, paso la tarde y cayó la noche, me desvele hablando con ella, un tema llevo al otro hasta que decidimos dar nuestro primer beso, al otro día la vi, nos escondimos en un lugar apartado, recuerdo como latía su corazón y su respiración agitada, estaba asustada, yo me quería ver temerario y la calme, la mire fijamente a los ojos y le dije: bésame. Ahí fue cuando la tome de las manos y la bese, era un beso de principiantes, sentía su respiración, sus manos temblorosas; era único, quizás era el miedo de que nos vieran el que lo hacía más rico, pero es que a pesar de que siguieron muchos besos mejores no pude olvidar la forma en que conversamos sin necesidad de palabras.

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