Capítulo 3

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ANASTASIA


3 Años Después


Hoy es mi primer día en la universidad. Tengo una mezcla de sensaciones entre ansiosa y nerviosa. Es un poco extraño, puesto que ni en mi graduación estuve de ésta forma. Ese día fue memorable. Me sentí relajada, feliz, emocionada —aunque tardé, ya que tuve que esperar hasta el siguiente año para ingresar—. Un sin fin de sentimientos que de sólo recordarlo me hace sonreír con Añoranza.

El día ha iniciado bien, y eso sólo presagia cosas buenas. 

Paso a secretaría por mi horario.

—Buenos días. Soy Anastasia Steele, vengo por mi horario —digo nerviosa. La mujer de penetrante mirada color esmeralda, me sonríe con ternura. 

Automáticamente mi cuerpo se relaja. Pensé que sería como la amargada secretaria de mi antiguo colegio. 

—Buenos días, señorita Steele. Dame un segundo. —Hurga entre las carpetas de su escritorio de cristal

Me entrega las asignatura y me dirijo a el salón.

La universidad es inmensa. Para mi mala suerte, el aula queda en el ala este. Apresuro el paso caminando entre muchos de mis compañeros que prácticamente corren para llegar a tiempo. 

Por la tarde tengo he pactado una entrevista en una de las empresas más importantes del país, por lo tanto espero dar una buena impresión.

Para mis padres es una perdida de tiempo que quiera trabajar. Ambos ven mi iniciativa como una innecesaria manera de explorar nuevos retos, pero lo que no entienden es que quiero ganarme todo por mis propios esfuerzos. Así que por ello estoy aquí, en la segunda fila haciendo mi presentación.

—Hola... —Los nervios me tienen al borde de un ataque de pánico. Nunca me ha gustado ser el centro de atención. —Me llamo Anastasia Steele. Tengo veinte  años. Me gusta leer en mis tiempos libres, y soy una amante de la economía. —Creo que papá estaría orgulloso de ver que dije más de tres palabras frente a todo el aula sin desmayarme, y peor, sin ruborizarme. 

—Bienvenida, señorita Steele. Espero que ésta universidad le de la educación y base que necesita para abrirse de un futuro en el mundo empresarial —Asiento cortés mente.

—Gracias, rectora —digo brevemente y tomo asiento. 

La hora del almuerzo llega, por ende camino a la cafetería. El estomago me exige comer, o no sé si son los nervios por todo lo que tengo para hoy.

Mientras bebo mi Té, observo mi bandeja sintiendo que todo lo que está en ella me repugna. Definitivamente los nervios por esa entrevista me tienen inquieta, estrezada y ansiosa. 

Tengo que controlarme.

Mi concentración es interrumpida por una chica rubia-rojiza que se sienta frente a mi. La miro fijamente sin perder detalle. Sus ojos verdes me miran con curiosidad y amabilidad. Su cuerpo se encuentra cubierto por un vestido que no deja mucho a la imaginación. Observo a su lado en donde otra chica me observa con curiosidad. Su cabello es negro como la noche y ojos son dos pozos marrón impresionantes. Hay algo que llama considerablemente mi atención de esa chica y es ver que su mirada tiene un destello de paz y esa  picardia que caracteriza a las personas vivaces.

Una historia sin fin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora