Capítulo 46

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Christian


He pasado la noche entera sin poder dormir. Todo lo que está pasando me tiene tenso, preocupado, completamente en un ataque de pánico que nunca había sentido. Pensar en el peligro que se encuentra la vida de mi nena me tiene realmente angustiado. Toda la noche he pensado en la manera de decirle todo, pero el simple hecho de verla completamente devastada me provoca un vacío inmenso en el pecho.

Tomo mi teléfono para comunicarme con el detective Clark. Ese hijo de puta tenía que haber evitado todo esto. Ahora me queda claro que la justicia es una completa mierda.


—Clark —gruñe. 

Tal parece que no se la está pasando bien.

—Grey —digo de la misma forma.

—Esperaba su llamada. —Entrecierro los ojos mirando a mi nena sumida en un profundo sueño.

—Entonces quiero escuchar que tienes buenas noticias. —Este hombre es un completo imbécil.

—Tenemos la ubicación de Michael. Necesitábamos que Hyde actuará para que ningún juez por muy bien pagado que esté le otorgue alguna medida que le permita su libertad. —Me pongo de pie y salgo de la habitación.

—¡¿Me quieres decir que necesitabas toda esta mierda para arrestarlo?! —¿Me está jodiendo?

—¡Claro que no! —Ahora quien parece enojado es él. —Usted y yo sabemos que Michael era su objetivo. Hyde es astuto y fácilmente podría comprar su libertad. Este hecho le cierra cualquiera medida para que vuelva a las calles, las pruebas que usted entregó no eran suficiente para que un juez lo condenará obviamente por la medida del soborno. —Camino a la cocina por un vaso de agua.

—¿Cómo se encuentra la señora Thompson? —Sé que esto no va a aminorar el dolor de mi nena, pero saber con exactitud su salud me ayudará a ponerla en conocimiento de su estado.

—Hace unas horas salido de cuidados intensivos. La bala no logró perforar ningún órgano, pero su estado aún es delicado. Le han asignado una habitación y he colocado vigilancia permanente en el hospital. —Suspiro profundamente. 

Asumo que su recuperación será satisfactoria ya que no hay daños.

—Me encargaré personalmente de su seguridad. Dentro de unas horas vuelvo a Seattle. —Escucho murmullos al otro lado de la línea.

—¡¿Collins?! Sabía que estaban de aliados. Se hospedaba en su hotel —¿Collins? Por alguna razón ese apellido se me hace conocido. —Preparen todo, debemos actuar antes que ellos —dice a la persona que está con él. —Debo colgar señor Grey, sólo le diré que cuide a su novia, su regreso podría ponerla en peligro. —Asiento en acuerdo con él.

—Eso haré detective Clark. —Cuelgo con el ceño fruncido. 


Taylor entra con dos bolsas en las manos que deja inmediatamente en el sofá.

—Buenos días, señor. —Se mantiene aún en la sala.

—Buenos días, Taylor. —Dejo el vaso a medio tomar en el lavavajillas y camino a la sala.—¿Conoces a alguien de apellido Collins que sea dueño o administrador de Hotel? —Algo me dice que el hijo de puta de Clark no quiere compartir información y seguramente su humor se debe al imbécil de Hyde.

Una historia sin fin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora