Chapter 33

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Al despertar tenía grandes ganas de hacer pis, para mí sorpresa había un nuevo retrete. Me senté y al lado había un control, estripe un botón y un chorro de agua golpeó mi zona, volví a presionar el botón una y otra vez.

- Oh lá lá...

Al terminar de hacer lo que hacía me fui a duchar, al salir me puse el uniforme y me dirigí al gran comedor en el cual se encontraba Matteo y Freddi. Ellos me invitaron a sentarme con ellos, me senté junto a ellos y de inmediato llegó Edmund a reclamarme.

- ¿Que haces sentada con estos idiotas? Yo soy tu novio.

- ¿El es Theodore? - Me preguntó Matteo y negue mientras reía.

- Respóndeme, ayer me ignoraste y trataste como una mierda, ¿Que te pasa? Responde. - Alzó su mano como si fuera a golpearme y me cubrí con los brazos, pero no sentí ningún golpe.

- Oye, es una mujer. Y a las mujeres no se les golpea. - Llegó Theodore a "salvarme" junto a Draco y Blaise. Me agache y en la oreja le susurré:

- El es Theodore. - Lo señale y el quedó sorprendido por el parecido que tenía con Freddi. Me aleje de Matteo y me acerque a Edmund.

- Yo sé lo que hiciste con Ginevra, así que no me reclames nada. - Edmund se puso totalmente pálido por mis palabras.

- Ella... Me dió afrodisíaco. - Se excuso y sentí a Theodore temblar un poco, no le tome importancia y me fui a sentar con Cedric. Agradecía que el comedor no estaba tan lleno, por qué me daría vergüenza que me reclamarán de esa forma.

..

- ¡Ah, miren chicos, es el campeón! - Les dijo a Crabbe y Goyle en cuanto
llegaron a donde él podía oírlos. - ¿Han traído el libro de autógrafos?
Tienen que darse prisa para que les firme, porque no creo que dure mucho: la mitad de los campeones murieron durante el Torneo. ¿Cuánto crees que vas a durar, Potter? Mi apuesta es que diez minutos de la primera prueba.

Escuché a Draco hablar y rodee los ojos, un día estará metido en grandes problemas.

Crabbe y Goyle le rieron la gracia a carcajadas, pero Malfoy tuvo que
dejarlo ahí porque Hagrid salió de la parte de atrás de la cabaña con una torre bamboleante de cajas, cada una de las cuales contenía un escreguto bastante
grande. Para espanto de la clase, Hagrid les explicó que la razón de que los
escregutos se hubieran estado matando unos a otros era un exceso de energía
contenida, y la solución sería que cada alumno le pusiera una correa a un
escreguto y lo sacara a dar una vuelta. Lo único bueno de aquello fue que
acaparó toda la atención de Malfoy.

- ¿Sacarlo a dar una vuelta? - Repitió con desagrado. - ¿Y dónde le vamos a atar la correa? ¿Alrededor del aguijón, de la cola explosiva o del aparato succionador?

- En el medio. - Dijo Hagrid, mostrándoles cómo. -. Eh... tal vez deberian ponerlos antes los guantes de piel de dragón, por si acaso.

Agarre los guantes y me los puse para ponerle la correa al escreguto, empezamos a dar una vuelta cuando de repente observe a la clase que se hallaba en aquel momento muy dispersa, y todos parecían encontrarse en apuros. Los escregutos median casi un metro y se habían vuelto muy fuertes. Ya no eran blandos y descoloridos, porque les había salido una especie de coraza de color gris brillante. Parecían un cruce entre escorpiones gigantes y cangrejos de río, pero seguían sin tener nada que pudiera identificarse como cabeza ojos. Se habían vuelto vigorosos y difíciles de dominar.

- Ahg, lárgate animal asqueroso. - Le grité y me mordió en la pierna, de inmediato grite y Hagrid vino hacia donde yo me encontraba.

- Una disculpa, por favor no le digas a el señor Malfoy. - Me suplico y asentí sintiendo pena por el. Hagrid vendo mi pierna y me dijo que me bañara en una tina con agua caliente.

My Last Act Of Love. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora