Capítulo 37

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Thiago.

Después de que Lauren se quedara inconsciente por el sexo, la traje a dormir a mi habitación, a mi lado, pero hoy que desperté y ya no estaba, al parecer se levantó muy tempano para ver a Steffano, al cual yo ya había vigilado y cuidado toda la noche.

Después de muchos días volvimos a dormir juntos y eso me llena por dentro.

Estoy un poco indignado porque parece que me usaron y hoy huyeron tratando de desecharme, justo por eso no me he movido de mi habitación, llevo horas esperando que ella venga a buscarme.

Mi cuerpo descansa sobre el sillón gris que se encuentra a un lado del espejo que esta frente a mi cama, justo a la mano derecha. Un cosquilleo recorre mis dedos cuando observo con detenimiento el librero que tengo en frente y aunque quiero tomar un libro para empezar a devorarlo, me abstengo de hacerlo porque no estoy enfocado y sería una pérdida de tiempo.

-¡Thiago!-sonrió cuando la escucho gritar antes de que abra la puerta de mi habitación.-Steffano se muere por verte.-ingresa.

Antes se ha marchado porque prefiere ocupar la cama que está al lado de la cuna de Steffano.

Su mirada va directo a la cama y frunce el ceño cuando no me encuentra.

-¿Qué pasa?-pregunto y sus ojos se chocan con los míos.

-¿Qué haces ahí sentado? ¿Por qué no vienes a la sala? El desayuno te espera.

-No tengo hambre.-me encojo de hombros.-Estaba pensando.

-¿Pensando en qué? ¿En cómo me has dejado adolorida?-se adentra y cierra la puerta a su espalda, pero no avanza solo se apoya sobre ella.-

-También. Todo se resume a pensar en tu y en nuestro hijo. Ya sabes...en nuestra familia.

-Oh.-desvía la mirada.-Ya entiendo.-el ambiente se vuelve incómodo.

-Y también estaba pensando que, cuando desperté esta mañana no estaba a mi lado la mujer con la que hice el amor anoche.

Abre los ojos y alza las cejas algo asombrada por lo que acabo de decir.

-Tenía que ir a ver a Steffano, me sentí culpable por dejarlo solo toda la noche.

Ese pequeño dragón, como ella lo llama, me está robando toda su atención.

-Ven aquí.

-No.-niega con la cabeza.-Me duele el culo.

-Por favor.-suplico tratando de reprimir la risa que me provocan sus palabras.

No hacen falta más suplicas, cuando la veo caminar hacia mí y, cuando intenta sentarse sobre el brazo del sillón tiro de su muñeca haciéndola caer sobre mi regazo.

Ella grita por la acción y trata de levantarse, pero se lo impido abrazándola contra mi cuerpo.

-Thiago.-me advierte como si fuese un niño pequeño.

Estos días han sido buenos para ella, creo que ha encontrado cierta paz en los acontecimientos que la rodean, en nuestro hijo y en saber que por lo menos podrá vengarse de su madre, aunque en varias ocasiones la he encontrado llorando mientras le habla a nuestro hijo de su prima, de la familia que tiene en Madrid y de todos los momentos que han vivido juntos.

También le habla de lo importante que son su tío Lucían y su primo Burker. Nunca he tenido la oportunidad de conocerlos personalmente pero estaré eternamente agradecido por todo lo que hicieron por Lauren en su momento y por alentarla a seguir adelante. No me quiero imaginar lo difícil que fue y más en el estado en el que se encontraba.

PRESAGIO DEL DESTINO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora