"𝓛𝓸𝓼𝓽 𝓘 𝔀𝓪𝓼 𝓫𝓸𝓻𝓷, 𝓵𝓸𝓷𝓮𝓼𝓸𝓶𝓮 𝓘 𝓬𝓪𝓶𝓮
𝓛𝓸𝓷𝓮𝓼𝓸𝓶𝓮 𝓘'𝓵𝓵 𝓪𝓵𝔀𝓪𝔂𝓼 𝓼𝓽𝓪𝔂 "
Aquellos ojos que me mareaban de lo hermosos que eran.
¿Pero como yo podia merecerlo?
Ni siquiera era merecedora de mi propio pasa...
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(Pov Athea)
Era imposible.
Había dedicado todo mi tiempo a buscar esa entrada, incluso había tenido que faltar a mi club de lectura con las driadas (donde daban increíbles bocadillos), y al final lo que tanto había buscado lo tenía bajo mis narices.
A la mañana siguiente Quirón llamó a una reunión del consejo, donde se reúnian los líderes de las cabañas, Annabeth, Clarisse, Percy, Beckendorf, Silena, Katie Gardner, los hermanos Stoll, Lee, quien era el capitán de mi cabaña por que yo no era lo suficientemente "madura" según Quirón. Y luego estábamos los que no éramos líderes de las cabañas pero teníamos que estar ahí, Tyson, Grover, Quintus, Enebro y, claramente, yo.
El 90% del tiempo las reuniones eran una basura, donde solo se creaban discusiones sin sentido, pero esta vez era algo mucho más serio y eso quedó claro con la presencia de Argos, el jefe de seguridad del campamento dotado con cien ojos.
Clarisse y Annabeth se encargaron de resumir la situación.
—Lo que no me queda muy claro es ¿Cómo Luke sabía la entrada del laberinto y tu no? — me pregunto la hija de Atenea. —Tu has estado más tiempo aquí. —
—No lo se Annabeth, déjame pensar. ¡Ah ya lo sé! Tal vez porque yo no soy tan estúpida como para dejar que mis problemas parentales me lleven a unirme a Cronos y tener la necesidad de masacrar el campamento el unico lugar al que puedo llamar hogar — le dije con un tono de molestia evidente.
Mi amiga estaba claramente ofendida, aunque no sabía si había sido porque le había contestado mal o por haberle dicho estupido a Luke, pero no dijo nada.
—En fin, — dijo Clarisse intentando ahorrarse una pelea —Luke tuvo que haber encontrado la entrada del laberinto cuando todavía era campista, seguramente pensó que podría ser de utilidad cuando el ejército de Cronos se hiciera más fuerte. —
—Eso es lo que trataba de decirte anoche — me dijo Enebro. — Luke solía utilizarla a veces —
Silena Beauregard frunció el ceño.
—¿Conocías la entrada del laberinto y no dijiste nada? —
La cara de Enebro se puso verde.
—No sabía que fuera importante. Sólo es una cueva. Y a mí no me gustan esas repulsivas cavernas antiguas. —
—Tiene buen gusto —opinó Grover.
—No le habría prestado ninguna atención de no ser... bueno, porque era Luke. —
Se ruborizó con un verde aún más intenso. Grover resopló.
—Retiro lo del buen gusto. —
—Interesante. —Quintus pulía su espada mientras hablaba—. ¿Y creéis que ese joven, Luke, se atrevería a usar el laberinto como vía de entrada para su invasión? —
