(Pov Athea)-
—¡Por aquí! —gritó Rachel.
—¿Por qué habríamos de seguirte? —preguntó Annabeth—. ¡Nos has llevado a una trampa mortal! —
—Era el camino que teníais que seguir. Igual que éste. ¡Vamos! —
Annabeth no parecía muy contenta, pero siguió corriendo con todos los demás. Rachel parecía saber exactamente adonde se dirigía. Doblaba los recodos a toda prisa y ni siquiera vacilaba en los cruces. En una ocasión dijo «¡Agachaos!», y todos nos agazapamos justo cuando un hacha descomunal se deslizaba por encima de nuestras cabezas.
Luego seguimos como si nada. Perdí la cuenta de las vueltas que dimos. No nos detuvimos a descansar hasta que llegamos a una estancia del tamaño de un gimnasio con antiguas columnas de mármol. Percy se aseguro de que ya nadie nos estuviera persiguiendo.
Alparecer, habíamos despistado a Luke y sus secuaces por el laberinto.
El semidiós que nos había acompañado durante todo el recorrido se desmoronó en el suelo.
—¡Estáis todos locos! —
Se quitó el casco. Tenía la cara cubierta de sudor. Annabeth sofocó un grito.
—¡Ahora me acuerdo de ti! ¡Estabas en la cabaña de Hermes hace unos años!, ¡Eras uno de los chavales que aún no habían sido reconocidos! —
Él le dirigió una mirada hostil.
—Sí, y tú eres Annabeth. Ya me acuerdo.—
—¿Qué te pasó en el ojo? —pregunto Percy.
Ethan miró para otro lado y a mí me dio la impresión de que aquél era un asunto del que no pensaba hablar.
—Tú debes de ser el mestizo de mi sueño —dijo Jackson—. El que acorralaron los esbirros de Luke. No era Nico, a fin de cuentas. —
—¿Quién es Nico? —
—No importa —replicó Annabeth rápidamente—. ¿Por qué querías unirte al bando de los malos? —
Ethan la miró con desdén.
—Porque el bando de los buenos no existe. Los dioses nunca se han preocupado de nosotros. ¿Por qué no iba...? —
—Claro, ¿por qué no ibas a alistarte en un ejército que te hace combatir a muerte por pura diversión? —le espetó Annabeth—. Jo, me preguntó por qué. —
Ethan se incorporó con esfuerzo.
—No pienso discutir contigo. Gracias por la ayuda, pero me largo. —
—Estamos buscando a Dédalo —dijo Percy—. Ven con nosotros. Una vez que lo consigamos, serás bienvenido en el campamento. —
—¡Estáis completamente locos si creéis que Dédalo va a ayudaros! —
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Percy Jackson. Carolina
Pertualangan"𝓛𝓸𝓼𝓽 𝓘 𝔀𝓪𝓼 𝓫𝓸𝓻𝓷, 𝓵𝓸𝓷𝓮𝓼𝓸𝓶𝓮 𝓘 𝓬𝓪𝓶𝓮 𝓛𝓸𝓷𝓮𝓼𝓸𝓶𝓮 𝓘'𝓵𝓵 𝓪𝓵𝔀𝓪𝔂𝓼 𝓼𝓽𝓪𝔂 " Aquellos ojos que me mareaban de lo hermosos que eran. ¿Pero como yo podia merecerlo? Ni siquiera era merecedora de mi propio pasa...