𝙎𝙤𝙡𝙤 𝙏𝙪́ || 𝖬𝗂𝗇𝗌𝗎𝗇𝗀 [ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ]

52- Besos

Salió de la ducha y seco su cuerpo con una toalla pequeña, una vez lo hizo se colocó un boxer y unos shorts sueltos.

Iba a ponerse una remera pero recordó aquel suceso en el hospital con Jisung.

No quería verlo triste o que su lobo se confundiera nuevamente. Así que solo salió con eso puesto.

Regreso a su habitación donde Jisung ya estaba sobre la cama, esperándole.

Seco apenas su cabello y se quedó viendose en el espejo. Hizo una mueca. No le gustaba tanto esperar, le gustaría poder cambiar más rápido su físico.

Jisung lo miraba con sorpresa.

—¿Por qué no tienes remera?—.

—No quiero que pienses que me siento incómodo contigo, está... está bien, estoy bien—.

Jisung sonrió con cierta tristeza, se levantó de la cama y fue hasta el alfa, quedando detrás de el.

— ¿Qué haces, bonito? —.

—No hace falta que hagas esto si no te sientes cómodo contigo aún Minho. Está bien, hablamos de esto, no quiero que te sientas presionado por algo así—.

—Pero de verdad estoy bien... No me siento incómodo. El proceso de entrenar será muy largo... Hasta entonces seguiré... Así, feo. Pero que tú me veas, ya no me hace sentir incómodo, porque se que ahora tengo una solución para cambiar—.

—¿Qué es lo que tu consideras feo?—Preguntó ahora caminando hasta quedar delante suyo, viéndolo a los ojos—.

—Esa mancha enorme en el cuello, es espantosa—.

—La mancha...—Agacho un poco la cabeza y dejo un beso en el inicio de aquella mancha, dando otros más pequeños en toda esta—.

—¿Jisung?—Le miro con sorpresa, a través del espejo—¿Qué haces?—.

—Quiero dejar besos en esas partes que no te gustan, aunque a mí todo tu me gusta, no es problema para mi—El alfa suspiro y sintió su corazón latir con fuerza—¿Qué otro lugar?—.

—El... tajo en mí mejilla—.

Jisung no tardó en subir la cabeza y dejar un beso sobre aquella, para luego alejarse apenas y sonreír.

—Otra vez—Pidio, el omega rio y volvió a dejar otro beso allí—.

—¿Ahora dónde? —Sin darse cuenta sus ojos comenzaban a tornarse de ese lindo celeste, su lobo estaba tomando el control de si mismo en ese momento—.

—Mis brazos también, pero eso sería ra... ¡Jisung!— No pudo terminar de decirlo ya que el pelinegro ya estaba dejando besitos por todo el largo de su brazo, primero con uno y después el otro— N-no es necesario que hagas eso...— murmuró rojo hasta las orejas—.