𝙎𝙤𝙡𝙤 𝙏𝙪́ || 𝖬𝗂𝗇𝗌𝗎𝗇𝗀 [ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ]

34- Me gustas

Sintió como la luz del nuevo día le pegaba en la cara, aún así no quería levantarse.

Jisung estaba demasiado cómodo como hacerlo.

Estaba destapado y le había echo frío así que, sin abrir los ojos, tanteo con sus dedos la sábana, buscando esta.
Al hacer esto sintió algo que no había estado allí en la noche. Frunció el ceño.

¿Minho seguía allí?

Tanteo un poco más cuando encontró la sábana no tardó en levantarla para poder cubrir su cuerpo.

Sintió unos brazos rodearle, no tardó en acomodarse mejor en estos y dejarse abrazar.

Segundos después abrió los ojos en grande.

¿Brazos?

Casi pega un grito cuando lo vio.

El alfa dormía plácidamente a su lado. Desnudo.

Jisung paso saliva, vio como Minho tenia la boca un poquito abierta, mostrando aquellos dientitos que tan tiernos se le hacían. El alfa realmente era muy atractivo, no se cansaría de decirlo.

Estaban tan cerca que Jisung podía sentir la respiración de Minho chocar contra el. Inevitablemente bajo la mirada, recorrió aquel pecho blanquecino, sus brazos, estos rodeaban directamente su cintura.

El omega se sonrojo, sentía que estaba viendo algo prohibido.

Jisung no sabía que hacer. ¿Estaba mal si lo abrazaba también? Quería mover los brazos porque estaba algo incómodo.

Suspiro y termino abrazando al alfa por el cuello, si antes estaban cerca ahora lo estaban mucho más.

Jisung se quedó observándolo, no podía dejar de ver su boca.

—Me estás haciendo las cosas muy difíciles Minho—Susurro, ahora viendo a sus ojos cerrados, esas largas pestañas eran muy bonitas—.

Una de sus manos despejó su frente, quitando los mechones largos de cabello para poder admirarlo mejor.

Sintió como el agarre del alfa en su cintura se apretó. Minho lo jalo y lo pego del todo, terminando con toda esa distancia.

Jisung abrió los ojos en grande, sintiendo esa parte de Minho chocar contra la suya.

El rojo en sus cachetes era tal que podía sentir lo caliente que estos estaban.

Ni hablar de cuando el alfa bajo su cabeza al cuello del omega quedándose allí, oliendolo.

Soltó un suspiro que hizo gemir bajito al omega, Jisung no sabía que hacer.

¿Salia corriendo? ¿O se quedaba y disfrutaba?

—¡No Jisung!—Se grito a si mismo bajito—Quita todo pensamiento impuro, está dormido—se dijo a si mismo—.

Las manos de Minho no tardaron en pasar por debajo del pijama, tocándole la piel directamente, Jisung se sorprendió ante esto.