𝙎𝙤𝙡𝙤 𝙏𝙪́ || 𝖬𝗂𝗇𝗌𝗎𝗇𝗀 [ᵒᵐᵉᵍᵃᵛᵉʳˢᵉ]

20-El niño

Recordaba que nunca había sido muy cercano a alguien en el orfanato.

No, quizá si había alguien, bueno, nunca lo había visto así que no sabía si aquello era real o era su imaginación ayudándole a no sentirse tan solo.

Como se había vuelto costumbre para los demás niños, lo habían dejado nuevamente encerrado en aquel cobertizo.

Minho estaba en el suelo, abrazado a sus piernas, llorando.

Su llanto era tal que no podía dejar de hipar y temblar. Tenía mucho miedo.

Odiaba todo lo que le estaba sucediendo. Odiaba ser el, odiaba su vida.

Escuchaba como los demás niños reían y jugaban.

¿Por qué con el era diferente? Las señoras que los cuidaban siempre le decían que era un niño bueno.

¿Acaso le mentían? Minho no lo comprendía.

Si fuera verdad entonces los niños del orfanato no le harían eso, pensaba.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando el sonido de algo pegando con fuerza en la puerta lo asustó.

—Uh mí pelota—Hablaron fuera, Minho seguía sin poder controlar su llanto—¿Hay alguien ahí? ¿Quién llora?—.

Quería quedarse en silencio pero no podía. Los nervios empeoraban su situación.

—¿Hola? ¡Abre!—.

—V-vete—.

—¿Hola? ¡Soy hijo de Ryujin! Me trajo hoy porque mí papi trabajaba, sal por favor—.

—N-no puedo... Vete—.

—Te oyes triste, deja que abra—El pequeño intento abrir pero era demasiado complicado, tenía solo tres años y por su altura no llegaba a la traba—Le diré a mí mami, ella ayudará—.

—¡No! N-no la llames, soy un monstruo, nadie debe ver a los monstruos—.

—¿Mon...Ro?—.

—Monstruo, eso soy, solo déjame aquí solo, ya me sacarán en unas horas—.

—No entiendo—.

—Solo vete—.

—Pero eso no está bien—.

—¿No escuchas? ¡Largo!—.

—Pero...—El menor hizo un puchero, amenazando con llorar, tomo su pelota y fue corriendo de regreso con su mamá—.

No entendía, ¿Por qué un niño estaba encerrado allí? Debería estar jugando con los demás.

Estaba demasiado confundido.

Cuando encontró a su mamá corrió a sus brazos.

—¿Dónde te metiste pequeño?—.

—Estaba jugando mami—La mujer sonrió y acarició su cabello—.