11. Mewkledreamy

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Mewkledreamy es una franquicia del género chicas mágicas creada por la empresa japonesa Sanrio en 2017. Cuenta con un manga publicado por la editorial Kodansha que continúa publicándose hasta el día de hoy, y dos temporadas de animé emitidas entre 2020 y 2022 respectivamente, por los canales afiliados de TXN (TV Tokyo Network). Cuando el Reino de los Sueños se ve en peligro, la reina envía al mundo humano a varios animales de peluche mágicos a buscar a sus Dream Partners, personas con las cuales pueden crear vínculos muy poderosos. Yume, una estudiante de doce años, tiene una conexión tan grande con la gata de peluche Mew que pueden realizar la Yume Synchro, lo que les permite entrar a los sueños de la gente y derrotar a los monstruos nacidos de pesadillas que el enemigo está enviando. Con cada enemigo derrotado van recolectando Dream Stones, lo que será de vital importancia para poner fin de una vez por todas a sus misteriosos rivales.

 Con cada enemigo derrotado van recolectando Dream Stones, lo que será de vital importancia para poner fin de una vez por todas a sus misteriosos rivales

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En lo más alto de Minami Iwo Jima, una antigua isla volcánica japonesa, se hallaba el palacio de Mahoutokoro. Dicho palacio era la escuela mágica por excelencia de Japón, un sitio seguro dado que la isla estaba deshabitada y los muggles no se acercaban a ella. En Mahoutokoro se aceptaban estudiantes desde los siete hasta los diecisiete años, pero solo los alumnos mayores de once residían en el palacio; los más chicos iban y volvían montados en gigantescos paiños, unas aves entrenadas que jamás se perdían ni llegaban tarde.

Yume Hinata tenía trece años, por lo que hacía ya dos que vivía en el hermoso palacio Mahoutokoro. Nunca se cansaba de admirar desde su ventana los hermosos jardines flotantes, el color cambiante del agua de las fuentes o la música que invadía el aire para despertarlos. Era una belleza tan grande la que la rodeaba que compensaba la tristeza de estar lejos de su casa y su familia, con quienes intercambiaba frecuentemente cartas.

-Hoy el día está muy despejado. ¡Será perfecto para el entrenamiento!- exclamó contenta mientras se metía de nuevo al cuarto. Además de las clases oficiales, en Mahoutokoro tenían diversos clubes estudiantiles a los cuales podían unirse a principio del año escolar; ella se había unido a principios de ese año al Club de Animadoras, un grupo de alumnas que combinaban la destreza física y los hechizos para crear bellas rutinas que animaran a los equipos deportivos del colegio. Si bien no era el club con más mérito académico le encantaba la idea de animar a los atletas, incluyendo a su amigo Asahi, que era bateador en el equipo de Quidditch. Como si lo hubiera atraído con el pensamiento, una lechuza golpeó su ventana y al dejarla entrar vio que era una carta de Asahi deseándole un buen inicio de semana.

-¡Oh, qué amable es tu novio, Yume!- exclamó burlonamente Maira, su mejor amiga y compañera de cuarto. Maira ya iba peinada y vestida con su túnica rosa claro, por lo que agregó:-Será mejor que te apures si no quieres llegar tarde al desayuno, ¡te perderías de comer con tu novio antes de las clases!

-¡Que no es mi novio, Asahi y yo solo somos amigos de la infancia!- exclamó Yume arrojándole una almohada con su varita. Maira rió y la dejó sola, por lo que tuvo tiempo de pensar mientras recogía a toda prisa sus cosas para cambiarse. De nuevo se había distraído tanto admirando el paisaje que se le había hecho tarde, y no quería arriesgarse a ser castigada de nuevo por eso. 

Era cierto que Asahi y ella eran amigos de la infancia, de hecho habían crecido viviendo en casas vecinas. Al ser los dos niños mágicos la amistad había surgido muy fácilmente, habían vivido muchas aventuras infantiles y desarrollado buena conexión. Como sus ventanas estaban una frente a otra, era habitual que hechizaran pergaminos con mensajes para enviárselo al otro, además de que se les hiciera más fácil practicar sus deberes juntos. Al mudarse al palacio las cosas habían cambiado un poco, ya que ella residía ahora en los cuartos femeninos y Asahi en los cuartos de los chicos, pero todavía conservaban la costumbre de enviarse cartas y reunirse para comer o ir a la biblioteca, lo que la mantenía alegre.

"Es normal estar alegre por verlo, es mi amigo… aunque quien sabe… quizás podríamos…"

Yume se sonrojó y desechó la idea; no estaba lista para ver a Asahi de forma diferente, así que con un último vistazo al espejo tomó su mochila y salió apurada del cuarto, sin olvidarse eso sí de llevar a Mew consigo. Mew era un gato de peluche muggle, un regalo de su preciado padre, muggle también, y nunca se separaba de ella por mucho que ya fuera una estudiante interna. Con frecuencia usaba a Mew para practicar sus hechizos en clase de Encantamientos, y a veces la usaba también para sus rutinas del club. Le traía muy buena suerte, así que seguiría llevándola consigo sin importar qué.

-Buenos días, Yume. Ten cuidado y no corras por el pasillo, ¡por favor!- la saludó Kotoko, su superior en las clases y una amiga de gran confianza.

-Buenos días, Kotoko senpai. ¡Espero verte más tarde, recuerda que prometiste ayudarme con los deberes de Pociones!

-También me lo prometió a mí, así que allí nos veremos todas- terció Tokiwa detrás de ambas, con el cabello revuelto y la varita asomando por la faja de su túnica.-Cielos, se me ha hecho muy tarde. ¡Espero que nos dejen algo de comer!

El salón comedor de Mahoutokoro era inmenso, con un fastuoso buffet atendido por dos brujas cocineras. Había tanto platos nacionales como internacionales, postres y bebidas incluidas, por lo que ni Yume ni Tokiwa se quedaron sin comer pese a su tardanza. Allí se cruzaron con varios conocidos, incluyendo a su superior Sugiyama rodeado de admiradoras. Sugiyama estaba en quinto año y era un estudiante de excelencia, por lo que su túnica era de un rosa extremadamente claro; no era de sorprender entonces que las chicas se derritieran por él, o que todos los chicos quisieran ser sus amigos. 

-Sugiyama es tan popular… Asahi, ¿las admiradoras siguen yendo a los entrenamientos?- preguntó Yume a su compañero, pensando en lo molesto que debía resultar para el equipo de Quidditch el tener que lidiar con todas esas chicas interrumpiendo las prácticas con sus gritos. Asahi asintió mientras comía su último trozo de tostada con queso, más preocupado por su propio horario que por las admiradoras de su capitán.

-Sí, pero Sugiyama senpai ya les pidió que no hablen demasiado para no desconcentrar a los jugadores, y ellas le hacen caso. Es la ventaja de ser un alumno mayor, todos te hacen caso cuando pides algo…

-No creo que su edad sea la causa- opinó Maira con una risita. Yume estaba de acuerdo pero decidió no seguir hablando de lo popular que Sugiyama era, porque lo cierto era que tenía otra cosa más importante de la que quería hablar.

-Asahi, el Club de Animadoras está preparando algo especial para el próximo partido. ¿Te gustaría venir al ensayo de hoy a ver?

-¿Será por la tarde? Porque tengo clase de Alquimia y no puedo faltar, es mi materia más floja.

-Tranquilo, será después de la clase. Pienso que te gustaría venir, así…

-...así podrás ver a tu novia dedicándote su rutina-susurró Maira de forma muy audible, poniendo a ambos amigos de la infancia muy colorados. No había caso, pensó Yume, sus amigas no la dejarían escabullirse por mucho tiempo más con respecto a sus sentimientos. Ellas sospechaban que sentía algo por Asahi y la harían enfrentarse a ese sentimiento, por su propio bien. Deseó poder concentrarse en sus clases del día, pero no estaba segura de poder hacerlo con la perspectiva de verse con Asahi después de clases y del entrenamiento de las animadoras. 

Multiverso Mágico 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora