Nunca imaginé que estaría en este lugar, pero aquí estoy, y la culpa es de él. Él me obligó a tomar una decisión inhumana: elegir quién seguiría con vida, Naomi o yo. Mi corazón se desgarró al tomar esa decisión precipitada, arriesgándolo todo para salvarnos a ambas. No podía soportar la idea de que alguien más muriera por mi culpa, no quería llevar esa carga en mi conciencia.
Pero ahora, la realidad se cierne sobre mí como una sombra impenetrable. El vacío es absoluto. La esperanza se desvaneció en la oscuridad, dejando solo preguntas que acechan mi mente en esta oscura y lluviosa noche.
¿Valió la pena arriesgarlo todo? ¿O solo logré postergar mi propia condena?
HORAS ANTES.
Zion, o mejor dicho, la personalidad agresiva de Billy que acechaba en él, me dejó un gusto amargo. Sentí que Zion estaba en peligro, que en cualquier momento Billy podía perder el control y destruirlo, aniquilando su propia esencia.
—¿Todavía piensas en eso? —preguntó Fisher, entregándome una taza de café humeante, su mirada preocupada.
—Sí, Sr. Fisher. El chico casi... Casi se quitó la vida —respondí, aceptando la taza.
—Llámame Adam, por favor —dijo con una sonrisa—. "Señor" me hace sentir demasiado viejo, y apenas tengo veintinueve.
—Lo siento señor… digo, Adam —me corregí automáticamente—. ¿Crees que sea buena idea que siga aquí? Es que… en Liverpool no había visto tantos casos así.
Debo prepararlo para que no sospeche nada cuando me vaya. Vine aquí con un solo objetivo: sacar a Naomi de este lugar.
—Recién llegas ¿y ya piensas en renunciar? —rió Adam.
—No es renunciar, sólo… estoy reevaluando mi elección.
—Quieres irte —sostuvo—. No tienes que avergonzarte, también quise huir el primer día.
No dije nada. Me quedé en silencio.
—Sin embargo, con el paso de los días, me di cuenta de que mi verdadera motivación para quedarme no era el salario, sino el impacto que mi trabajo tenía en los demás. Me gustaba ser testigo de cómo mi ayuda cambiaba vidas, ver el progreso que lográbamos juntos —Adam sonrió con convicción—. El éxito se logra venciendo miedos, Olivia.
—Eres hábil con las palabras… —reconocí.
Minutos después, un sonido llamó mi atención. Adam me entregó un expediente.
—Otro paciente aislado que debes conocer —me informó—. Todos los detalles están ahí. Asegúrate de que reciba sus medicinas.
—¿Cuántos pacientes más están aislados? —pregunté.
Adam susurró, anotando algo en su carpeta:
—Cientos, Olivia. Este paciente es especialmente vulnerable, con tendencias suicidas y un riesgo alto de autolesión. Cualquier objeto puede convertirse en un arma contra sí mismo.
Expediente Médico.
Nombre: Abernathy, Cordelia
Edad: 22 años
Motivo de ingreso: Intento de suicidioHistorial médico.
- Diagnóstico: Trastorno depresivo mayor con tendencias suicidas.
- Historial de intentos de suicidio: 4 anteriormente
- Tratamiento previo: Terapia cognitivo-conductual y medicación antidepresiva.¿Abernathy? El apellido me sonó familiar, pero descarté la posibilidad de una conexión. Fui en busca de los antidepresivos y el litio, repitiéndome una y otra vez que esta noche sería el fin de todo esto.
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Prisionera del Diablo
Misterio / SuspensoEl no solo era malvado, también tenía demasiada astucia y era irresistiblemente encantador. Te envolvía en su garras y te consumía hasta el último aliento. Te hacía romper cada una de las reglas y disfrutar de ello. Él y solamente él. Porque de Án...