C A P I T U L O - S I E T E

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Jungkook vió la silueta de Park Jimin salir de la oficina, lo vio caminar por el pasillo y abrir una de las puertas, y solo cuando estuvo seguro que el albino no saldría de esa habitación, volteó la mirada hacia su hermano, Hansen.

El menor lo miraba de una forma extraña, su entrecejo fruncido, pensativo. Jungkook sacó la carpeta del cajón y la abrió, ignorando la mirada de Hansen y sin darle oportunidad de hacer preguntas.

Habían unas fotos sangrientas. Era una familia de cuatro, la niña menor podría tener cuatro años. Jungkook no reconoció a las personas de esa fotografía, pero algo dentro suyo le decía que eran más importantes de lo que imaginaba.

— ¿Que significa esto?— preguntó a Hansen. Su hermano estiró la mano y levantó la foto de la niña.

— Los Hunter. El señor Hunter pidió un préstamo y no pagó su deuda, esto es el resultado. Pobre niña, era una bebé...— Hansen mira la foto varios segundos, la expresión en su rostro rozaba la amargura. — un subordinado cometió un error y ahora los Strauss están en problemas. Necesitan de ti.

— ¿Dejó huellas?

— Peor — Hansen saca un par de fotos y Jungkook soltó un bufido. Era un hombre, no se veía su cara, pero su brazo tatuado dejaba en evidencia su identidad. La cámara oculta en casa de los Hunter grabó todo el atentado. — Vincent teme que este subordinado llegue a un acuerdo con el FBI.

Jungkook analizó las fotos, los cuerpos mutilados de los Hunter le llamó más la atención. Era desorganizado, mucha sangre por todos lados y la niña había sido claramente abusada sexualmente.

El desagrado al descubrir lo último le hizo sentirse enfermo.

— Dile a Strauss que se vaya a la mierda — Jungkook cerró la carpeta de golpe y se levantó caminando a la ventana, miró las calles tratando de quitar esa imagen de su mente. La niña aún tenía los ojos abiertos, el horror reflejado en su mirada vacía, la sangre salpicada en sus mejillas blancas, labios partidos, manos rotas... Jungkook sacó un cigarrillo, inhaló profundo y expulsó el humo hacia el techo.

— hermano, Siwon dijo que debemos tomarlo. Si Strauss cae...

— No voy a tomarlo, Han— el mayor se niega. — sabes mi política.

— Y lo respeto— Hansen camina hacia él, y Jungkook le da una silenciosa advertencia para que no lo toque..— Pero los Strauss y Siwon tienen negocios, si el FBI llega a Vincent, todos caen. Nosotros caemos, Jungkook.

Hansen rara vez lo llamaba por su nombre. Siempre le decía hermano, o el diminuto Kook. Jungkook podía notar cuando Hansen estaba verdaderamente preocupado y era cuando usaba su nombre completo.

— Es menor, una niña — Jungkook responde, negándose a aceptar defender a alguien de ese grupo.

— Lo sé — Hansen asiente. Su expresión se vuelve mortalmente dura y en ese instante Jungkook recuerda, muy a su pesar, que Hansen también es un Jeon. — y vas a regresar a tu silla , aceptar el caso y limpiar el nombre de Vincent Strauss. Y después tú y yo vamos a destrozar al maldito enfermo que asesinó a esa pequeña.

Hansen y Jungkook se miraron en silencio, un acuerdo silencioso formándose entre ambos, como cuando eran menores. Al mayor le gustaba tener a su hermano cerca, pues Hansen podía ser frío y calculador cuando a Jungkook se le nublaba el juicio.

— ¿Recuerdas cuando encontramos a Jieun?— preguntó Hansen, su voz saliendo en un susurro. Asintió volteando la mirada a la ciudad.

—  Prometimos no hacerle eso a ninguna niña.

— Sí — Hansen asiente. — Ese bastardo va a pagar. Pero ahora debemos salvar el negocio familiar.

— Lo sé, Han — Jungkook soba lentamente su cien, tratando de enfocar sus prioridades y no dejarse llevar por lo ocurrido.

OBSESSION | Kookmin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora