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MIRÉ DESCONCERTADA tras las palabras de Delfina. Mar había cantado y hecho una performance increíble como para no quedar. Y sobre todo, no lograba entender por qué la hizo cantar de vuelta para no quedar. Lo que sí estoy segura, es que va a encontrar muchísimos más lugares en donde la acepten, porque canta increíble y tiene toda la actitud.
Mi amiga bajó del escenario, con una mirada igual de perdida que todos los que están acá, porque creían que entraría. La abracé con contención. Es una pena que no haya entrado.
Daisy se acercó también, abrazándola luego de mí.
— Mar, posta estuviste increíble. Todo pasa por algo. Si no entraste acá… ahora que te vieron en vivo, muchísima más gente va a querer verte cantando nuevamente y seguro te dicen de hacer algo grande. Es obvio. Vos confia, amiga. — le dije. Daisy asentía a todo lo que decía.
— Obvio, es así. No sé qué pasó, fuiste de las mejores. Pero no pasa nada, no te rindas.
Margarita nos sonrió a las dos, pero eran esas sonrisas tristes que no queres verlas y menos a una amiga.
— No pasa nada, chicas.
— Sí que pasa. Es injusto, fuiste de las mejores.
— O la mejor — añadió Daisy —. Capaz… capaz puedo hablar con mi tia de esta injusticia.
En seguida Margarita negó.
— No, no. Gracias Daisy, pero no. No quiero terminar entrando solo por pena o por algo así. Si no entre, no entre. No hay nada que pueda hacer — hizo otra vez esa sonrisa triste —. Peeero, estoy híper feliz por ustedes. Se merecían entrar.
Sonreí tras sus palabras. Ella también lo merecía.
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Decidí caminar por el Hangar, apreciando la hermosura del lugar. Me encontré a Zeki en el camino, y no pude evitar querer hablarle. Su audición fue genial.
— ¡Hola! Zeki, ¿no? — pregunté con emoción notable por poder hablar con elle.
— Holaaa. ¡Sí! Soy Zeki. Vos sos Sabri, ¿no? Estuviste genial. Sin duda fuiste mi favorita. Te amé totalmente. Y me encanta tu onda.
Abrí los ojos como platos tras la confesión. No creí haber sido la favorita de nadie, y que me diga eso hizo que me emocionara más de lo que estoy por haber entrado. Le sonreí, y hablé.
