¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ESTOY HACIENDO la quinta tarea que me dieron en esta semana, frustrada conmigo misma. Mi mamá me dijo que, como no terminara las tareas, no iba a salir de mi casa. Y aunque no salga mucho, me encanta salir a pasear –sola– por la plaza cercana de mi casa. Es una costumbre que tengo. Me encanta poder vivir en un lugar donde hay tantas cosas como en Buenos Aires. Así que es normal querer pasear por acá.
Puse mis auriculares y mientras escuchaba música alegre, para sacar las malas vibras de la tarea, trataba de concentrarme.
Para ser mi último año de secundaria, me va mejor que nunca. Lo malo era la cantidad de tareas que daban. Siempre me destaqué en materias como artes musicales, ya que me encanta cantar. Desde chiquita que soy una apasionada a eso y no es por ser creída pero no creo que me vaya mal. Quiero vivir de eso. Estoy segura. También sé que quizá en un futuro debo tener un plan B, que haga que no necesite más planes, así que por eso trato de estudiar y dar lo mejor de mí. Excepto cuando se me cruza algo en el camino, soy muy distraída.
En realidad, todo lo que sea arte me encanta. Como pintar, dibujar, actuar, bailar... amo todo eso. Por suerte, tengo a mi mamá, que aunque estemos solas, sin más familiares, sé que me apoya en todo y quiere lo mejor para mí.
Bueno, tampoco voy a mentir al contarles mi historia. No todo es color de margaritas. Mi papá es medio jodido, cuando yo nací mi mamá y él ya estaban separados. Se metió en muchas cosas raras, y es muy peligroso que esté cerca de mi pequeña familia, quien está empeñado con lastimar. Tampoco quiero entrar en detalles, aunque no sé muchos. Solo sé que está en la cárcel, y no quiero saber más nada de él. Es quien me alejó de mis amigos apenas pudo, y quiso enemistarme con mi mamá. Por eso digo que está empeñado con lastimarnos. Y por eso, ahora estoy casi sola en este mundo. Solo mi mamá, mi perro, algún que otro amigo que tengo y yo.
Mientras estaba haciendo nada, aunque intentando hacer la tarea, me llega una notificación al celular. ¡Era el Hangar Soho, haciendo live!
Dejé mis cosas de inmediato, sin importarme nada. En la pantalla apareció mi admirada Delfina Santillán. Ella es una mujer que... la llamaría muy influyente. Siempre quise conocerla. Actualmente es súper reconocida.
En el teléfono aparecía ella, con el pelo rubio recogido y una gran sonrisa. Parece que le causara mucha emoción lo que dirá a continuación, y eso me hace querer quedarme más.
— Ya sé, están sorprendidos. Sé que estaban esperando con mucha ansiedad la edición especial de la revista, pronto se van a poder entrar a mirar todas las notas, que son espectaculares. Pero antes, quiero hacerles un anuncio. — decía Delfi.
