¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ESTABA PASEANDO CON mi mamá por la plaza cuando yo me detuve a ver a los niños jugar mientras ella seguía su camino por ahí. Siempre quise un hermano o hermana, pero la vida me dió ser hija única. Además de que mis abuelos hayan fallecido antes de que yo naciera y mi papá esté en la cárcel. Creo que para solo tener a mi mascota y mi mamá en este mundo, estoy bien. Es decir, cuando tuve a Rey me perdió, así que… bueno. También tuve un ex pero no sé, no nos veíamos nunca y demás. Creo que no era el momento.
Vi cómo sus papás estaban felices viendo a sus hijos jugar, y no pude evitar sonreír triste pero a la vez feliz de que ellos sí puedan tener un papá presente. El mío cuando era chiquita empezó a robar. Como el papá de Rey. Ellos robaban juntos. Por eso habían días en los que él y sus hermanos se quedaban en mi casa. A mi mamá nunca le gustó la idea de que estén con alguien tan peligroso porque, nuestros papás querían que robemos cosas también. Solo que a mi papá lo metieron preso antes y el suyo pudo huir, y por eso se quedaban en mi casa.
Cuando fue mi cumpleaños y no supe más nada de Rey, no sé qué habrá pasado con ellos. Le pregunté un par de veces este tiempo que nos volvimos a ver, pero se limita mucho al contarme. Igual que yo; a veces me tocaba ir a ver a mi papá a la cárcel. Él me llamaba y me decía que lo vaya a ver. Muchas veces no aceptaba, pero otras sí porque… es mi papá, al fin y al cabo. No es tan fácil.
Según lo que me enteré el papá de Rey y el mío estaban en la misma cárcel ahora, así que no me sorprendería que ellos ya estén tramando algo. Y es que mi papá todavía me sigue hablando de lo mucho que quiere escapar. Ni siquiera me pregunta cómo estoy cuando lo veo, me dice si lo volví a ver a Rey. Y no entiendo por qué le interesa tanto saber. Desde que efectivamente, lo volví a ver, me llama mucho más seguido por eso. No sé cómo se habrá enterado. Sin embargo, yo todavía no lo fui a ver desde entonces. Creo que debería ser hora.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando alguien me tocó el brazo muy suavemente. Me giré y eran… eran ellos; Male y Santi. Los hermanos de Rey.
No pude evitar sonreír al volverlos a ver, y ellos no dudaron en abrazarme fuertemente. Yo levanté a ambos, mirándolos sorprendida.
— ¿Qué hacen acá? — pregunté yo, atónita.
El primero que habló fue Santi.
— Vinimos a jugar ya que estamos cerca — me mostró una sonrisa —. ¡Te extrañamos!
