Terence roció a Beck con suficientes polvillos de estrella para que pudiera volar hasta donde Madre Paloma.
Mientras tanto, un hada enfermera ajustaba los huesos de la pierna de Tinkerbell al tiempo que Terence observaba, con el rostro crispado por el dolor ajeno. La Reina Ree interrogó a Tinkerbell, queriendo saber qué había pasado.
Sobre la playa, Beck limpió la herida de Madre Paloma con rocío enjabonado y luego le hizo compresas de musgo para detener la hemorragia. La herida tenía muy mal aspecto.
—No llores, Beck —susurró Madre Paloma.
¿Pero cómo hacía para no llorar? La pobre Beck creía que, a estas alturas, ya ni siquiera el huevo podría salvar a Madre Paloma.
Las expedicionarias, por su lado, surcaban la extensa pradera volando sobre un campo cubierto de secos cactus y una manada de caballos de crespas crines. Tras tres horas de vuelo alcanzaron unas primeras colinas que anticipaban la montaña Torth.
Una hora después, empezaron a ascender las estribaciones de la montaña Torth.
Vidia, a la cabeza, como siempre, vio salir humo de una cueva. La cueva de Kyto.
Tinkerbell, renqueando ayudada de unas muletas, acompañó a la Reina Clarion hasta la playa para ver cómo seguía Madre Paloma.
Beck apenas si negó con la cabeza.
Para mediodía, las expedicionarias habían agotado ya su ración de polvillos de estrella y todavía se alcanzaban a ver varias cuevas encima de ellas. Les tomaría por
lo menos una hora de vuelo llegar hasta allí.Prilla estaba muy emocionada. Ya casi llegaban, y venían desde tan lejos. Había sido una gran aventura y ella había sido arte y parte del empeño. Había logrado escapar de las garras del Capitán Garfio y había convencido a Vidia para que esperara a Rani. Aun desprovista de talento, había ayudado.
Rani dijo entonces que sería mejor almorzar antes de seguir adelante.
Pero Prilla estaba demasiado exaltada para comer nada. Lo que hizo fue ponerse a dar brincos e incluso intentó un salto mortal completo que le resultó difícil sin polvillos de estrella:
las alas le hicieron demasiado contrapeso y terminó estrellándose contra el carromato.Rani se rio. La francachela que Prilla estaba montando logró que Rani olvidara sus alas, a ratos.
Rani acabó de comerse su pan y luego sacudió las migas adheridas a su vestido.
Ahora, Prilla, primero, se abrió de piernas y remató con una voltereta de manos.
Rani se sacó el bolso por encima de la cabeza. Prilla intentó de nuevo el salto mortal.
Rani abrió el bolso con los polvillos justo en el momento en el que Prilla se iba de bruces contra ella. Al caer, Rani regó los polvillos de estrella, que se esparcieron al viento.
A Madre Paloma le dio fiebre. El pico le tiritaba y tenía los ojos demasiado
vidriosos. Beck levantó un montículo de arena a su alrededor para protegerla y darle un poco de calor.Tinkerbell daba saltos para apisonar el suelo de manera que Madre
Paloma quedara cómoda.Madre Paloma, por su parte, venía pensando que en realidad morir no le
preocupaba tanto. Lo que sí le preocupaba era que el huevo estuviera a salvo.Pensó decirle a Clarion que había llegado la hora de desplumarla.
Pronto. Muy pronto se lo diría. Mientras tanto, intentaría aferrarse a la vida otro rato.
Nadie le dirigía la palabra a Prilla. De hecho, Vidia hasta le pegó una buena
palmada cuando regó el polvillo.Prilla se excusó, dijo que lo sentía.
Rani todo lo que dijo fue:
—Los humanos piden perdón y se excusan. Las hadas decimos «antes volar de espaldas, si fuera posible».Prilla, entonces, repitió:
—Antes volar de espaldas, si fuera posible.Pero nadie dijo más nada.
Es más, Prilla dejó incluso de hablar consigo misma, como no fuera para
insultarse y reprocharse.Lo había arruinado todo. Ese era su talento. Aun en el caso de que a Kyto le diera por reparar el huevo, probablemente ya Madre Paloma estaría muerta para cuando regresaran al Refugio.
Rani estaba convencida de que no tenía sentido seguir adelante con la expedición.
Sin embargo, continuó liderándola.
Continuaron su camino subiendo a pie. Afortunadamente no tenían que cargar con el carromato ya que los globos todavía tenían algo de polvillos.Al trepar, no dejaban de otear el cielo en busca de halcones. Vidia volvió a pensar en la posibilidad de compartir sus reservas de polvillos de estrella frescos. Después de todo tenía suficiente para que ella y Prilla volaran juntas hasta donde Kyto y
regresar a casa. Pero si Kyto se negaba a restaurar el huevo, entonces prefería con mucho guardarse el polvillo para ella, la última dosis de polvillos que nadie tendría nunca más.Madre Paloma empezaba a delirar:
Estaba de vuelta en el nido de su madre, esperando ansiosa algo para comer.Jugaba con sus hermanas y hermanos, dándose picotazos unos y otras. Se vio de pie, suspendida al borde del nido, aunando valor para lanzarse a su primer vuelo.
Cuando Madre Paloma, en medio de su delirio, en efecto intentó volar, casi tumba a Tinkerbell paso.
Sus hombros y alas malheridas debían dolerle horriblemente, pero la cabeza de Madre Paloma estaba perdida en un pasado tan remoto que ya no sentía dolor..•○°•●○•°
Gracias por leer...
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El País de Nunca Jamás y el secreto de las hadas 1#
Fantasi‧₊˚ ⸙ Todos en el Refugio de las Hadas están hablando de la llegada de una nueva hada. Su nombre es Prilla y la pobre no tiene la menor idea de cuál es su talento, aunque hay algo de ella que es extrañamente humano. Prilla está desesperada y necesi...