13 - Preparativos

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En cuanto Carlota reconoció a Taylor como la chica de la visión de Adrián, él hizo la pregunta más obvia:

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En cuanto Carlota reconoció a Taylor como la chica de la visión de Adrián, él hizo la pregunta más obvia:

—¿Sabes cómo encontrarla?

Carlota dudó, sintiendo un nudo en el estómago. Hacía tiempo que había borrado el número de Taylor y no tenía idea de por dónde se movería o cuáles serían sus costumbres a estas alturas de la vida.

—Sé dónde vive —respondió al final, con su voz más débil de lo que pretendía.

Adrián notó cómo le tembló el labio. Carlota no estaba lista para ir a casa de las hermanas y encontrarse con Gwen. Y, tal vez, con Lucas.

—¿Ocurre algo?

El mundo de Carlota se desmoronó ante la perspectiva de responder a aquella pregunta. Sin más salida, se vio obligada a darle un esbozo impreciso de la situación a Adrián, a quien habría preferido mantener al margen de toda aquella historia. Él la escuchó, asintiendo de vez en cuando. Sin embargo, algo en su rostro mostraba una especie de desilusión. Estaba descubriendo la chica rota que era.

Una vez terminada la historia, decidieron acudir a la casa de las hermanas e intentar contactar a la hermana pequeña, Kaya, en caso de que Taylor no estuviese allí.

Así estaban, esperando un tren de metro que, según el cartel, llegaría en cinco minutos. Eran las siete de la tarde; la visión de Adrián era por la noche.

Carlota sintió el nudo de la culpabilidad atenazando su estómago. Ojalá hubiese podido salvar a Taylor antes. Nunca debió abandonarla. Nunca debieron haber llegado a esta situación. En ese momento, el sonido lejano del tren resonó en sus oídos, como un recordatorio de que el tiempo se les escapaba.

 En ese momento, el sonido lejano del tren resonó en sus oídos, como un recordatorio de que el tiempo se les escapaba

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Esmeralda se miró en el espejo retrovisor mientras esperaba a que los chicos bajaran de su casa. Se dio los últimos retoques con prisa; había llegado con antelación, sabiendo que Jon nunca se retrasaría y que arrastraría a Adam y Álex con él. Brillo de labios rosa y un toque de rímel. Se soltó la coleta que llevaba, acababa de salir del trabajo y se revolvió un poco el pelo.

Era Halloween, y había decidido usar su bata de doctora como disfraz de enfermera sangrienta. Solo le había añadido unas manchas de tomate para darle un toque auténtico. Al escuchar las voces de sus amigos, añadió rápidamente, con carmín rojo, unas manchas de "sangre" en su cara. Satisfecha con su look, guardó el maquillaje justo cuando ellos entraron en el coche.

Signos - Saga del Zodiaco IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora