Advertencia: mención de heridas, sangre, poco de angustia
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La culpa. La verdad. El miedo. El rechazo. La aceptación. Todo esto no eran más que emociones comúnmente adjudicadas a los humanos, algo que no deberían afectar a los seres inmortales como eran los ángeles. En la Ciudad de la Plata esas cosas eran demasiado banales, no les significaba nada esas cosas, en caso de hacerlo todos terminarían tal y cómo Lucifer.
La paz que reinaba en el paraíso se vio destruida envolviéndose en completo caos, con la guerra entre ángeles cuando Lucifer empezó una revolución, dicha revuelta terminó con el hombre convertido en ángel caído siendo expulsado del lugar, siendo así el guardián del infierno, un lugar del que nadie tenía ganas de ocupar.
Su destino no había sido diferente después de que Amenadiel la descubriera con una mujer que residía en la Ciudad de la Plata, no pudo evitar enamorarse de una humana, lo que la condenó al mismo infierno perdiendo sus alas, convirtiéndose al igual que en su hermano en un ángel caído. El dolor que sintió en lo profundo de su alma perdida ardía en las profundidades de su propio castigo personal, seguía cayendo una y otra vez...hasta que en un momento se detuvo, cuando se dio cuenta de la verdad.
Unna, no había sido culpable, no había ningún pecado cometido...había crecido aprendiendo que debía amar a su prójimo, protegerlos con su vida...pero la condenaron por amar un alma, el alma de lo que un día fue una hermosa mujer que observó con claridad durante su existencia en la tierra. Así que quedo rodeada de nada, un completo vacío hasta que su hermano la encontró.
Tiempo después...
Se encontraba junto a Lucifer y Mazikeen en Los Ángeles, pues su hermano estaba completamente harto de su vida en el infierno, así que las arrastró a ese lugar para que disfrutaran un poco de la vida humana. Unna no estaba del todo entusiasmada por eso, pero lo prefería antes de quedarse como guardiana de las terribles almas que terminaron en el purgatorio.
Rápidamente se metieron en problemas cuando Lucifer se vio envuelto en un caso como testigo, tenían a todo el departamento de policías en el Lux, incluso vio con asombro a la hermosa detective Decker, la rubia había entrado con tanta seguridad y dispuesta a descubrir que era lo que escondían los extravagantes hermanos Morningstar que los dejó completamente fuera de juego.
- Entonces señor Morningstar – la detective lo miró – fue el último en ser visto con la victima ¿puede decirnos algo al respecto?
- Estábamos disfrutando una buena conversación, detective – miró a su hermana llamándola – quiero presentarle a mi hermana, Unna
- Un placer detective Decker – extendió su mano para estrecharla, pero la mujer ni se inmuto – es lo que creía, responde sus preguntas Lucifer para que pueda seguir haciendo su trabajo
- ¿Esa es la verdad y la justicia hablando? – la miró con una pisca de burla en sus ojos – está bien, ella deseaba convertirse en una cantante famosa, la ayude con mis contactos y eso fue todo, era una buena chica y no sé quién pudo haber hecho esto
- Gracias intente no salir de la ciudad señor Morningstar – asintió mirando a las otras dos mujeres antes de salir
- ¿Qué fue eso Unna? – la miró un poco confundido
- ¿Qué hiciste tú, Lucifer? – negó yendo por una botella – es obvio que esa mujer no quiere saber nada con nosotros, mucho menos conocerme en medio de una investigación
- Ella te gustó ¿verdad? – la miró con una pequeña sonrisa – después de tantos años volviste a sentir algo
- No, no voy a hacer esto ahora Luci – negó rápidamente antes de irse de ahí
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One Shot Sobrenatural
Fiksi PenggemarHistorias cortas de personajes del mundo sobrenatural