CAPITULO 20

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Con la carta arrugada en su mano, Hoseok derramaba lágrimas, estaba tumbado en la cama mirando al techo, pensando ¿qué más hacía falta para que Jimin se convenciera de que él lo amaba en verdad?, su lobo también se sentía triste, chillaba por la ausencia de su Omega, y Hoseok se sentía vacío.

Cierto, apenas y si lo conocía, apenas y habían pasado unos días juntos, pero ese Omega lo había cautivado, lo había enamorado, y si, lo amaba; el amor es así después de todo, impredecible, no te pide permiso, simplemente llega en el momento inesperado, en el momento justo, en el lugar que menos piensas, y simplemente un día te das cuenta que esa persona es tu destino, que lo ha sido siempre.

El Alfa se quedó dormido con la carta en su mano. Dos horas más tarde el timbre de su casa comenzó a sonar y eso lo despertó, se levantó tallando sus ojos saliendo de la habitación, dejando la hoja arrugada sobre la cama, el timbre seguía sonando, frunció su ceño, ¿Quién tocaba de esa manera?

Al abrir la puerta, rodó los ojos, no era una persona que esperaba ver de nuevo.

-¿Qué haces aquí Sabrina?

-¿Puedo pasar?

Hoseok se hizo a un lado para dejar pasar a la Omega.

-¿Qué es lo que quieres?

-¿Ese salvaje no está contigo?

-¡No lo llames así! Dime a qué viniste y vete, no estoy de humor.

-¿Acaso no ves cómo me dejó ese...Omega?

Preguntó señalando su rostro, tenía dos suturas en el labio inferior, un pómulo morado y el ojo izquierdo un poco inchado.

Hoseok la miró detalladamente, ni siquiera había reparado en los golpes en el rostro de la mujer, y cuando lo hizo sonrió agachando la cabeza negando al mismo tiempo, recordando a Jimin golpeándola.

-¿Qué quieres Sabrina? -preguntó mirándola a los ojos.

-¿Enserio no te importa? -la Omega se acercó tomando las manos del Alfa-. Hoseok, nosotros tuvimos algo fuerte, algo...

-Algo que tú terminaste -El peliblanco soltó las manos de la mujer, separándose de ella-. ¿Qué es lo que buscas?

-Volver contigo. Te extraño. Mira no hice nada en contra tuya, tampoco de ese Omega. Pero dame otra oportunidad Hoseok.

-Lo siento, pero no. Agradezco que no hayas echo nada en contra de nosotros, pero entre tu y yo no pasará nada.

La Omega se acercó de nuevo al Alfa, esta vez rodeando su cuello, trató de acercar sus labios a los ajenos, pero fue rechazada.

LET ME LOVE YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora