Donde un Alfa no se dará por vencido, para demostrarle a ese Omega que el amor, si existe.
Y que a pesar de que la vida se muestra difícil y dura, el amor siempre prevalece.
¿Podrá Jung Hoseok lograr su cometido?
¿Podrá Park Jimin confiar de nuevo...
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Habían pasado ya cinco días, en los que la estancia de Jimin y el pequeño Solyun en la residencia de Jung había terminado. Diana había salido ya del hospital, su cachorro y ella estaban fuera de peligro, sin embargo debía tener ciertos cuidados para que el parto no se adelantara.
-¿Qué va a pasar con Doyun? ¿Lo soltarán? -la voz de la chica Omega sonaba preocupada al momento que Jimin la ayudaba a tomar asiento en el sofá de la sala.
El Alfa peliblanco dejaba las bolsas de comida sobre el comedor-. No, claro que no. El fiscal está haciendo todo lo posible para que ese tipo se pudra en la cárcel.
-Espero que nuestras declaraciones hayan sido suficiente. -mencionó el rubio dirigiéndose a la cocina por unos platos.
-Yo también lo espero. -dijo la chica abrazando al pequeño Solyun-. Cariño ve a jugar a tu habitación, te llamaré cuando todo esté listo para comer ¿De acuerdo? -el pequeño asintió llevando en sus manos el juguete del hombre araña que Hoseok le había comprado-. Señor Jung, muchas gracias por ese juguete que compró para mi hijo, y también por toda su ayuda.
-No tienes que agradecer nada, Diana. -comentó el Alfa tomando asiento en una de las sillas del comedor-. Regresando al tema, no se tienen por qué preocupar por ese canalla, uno de los abogados me aseguró que vamos a ganar, hay muchos puntos a nuestro favor.
-Ese bastardo merece pudrirse en la cárcel. -mencionó el rubio sacando la comida de las bolsas.
-Y así será. El abogado dijo que por el daño a tu persona, y la perdida de tu cachorro se la darían entre veinte y veinticinco años de prisión, Jimin. Ahora bien, con Diana fue intento de homicidio, tomando en cuenta su embarazo y que Solyun también sufrió lesiones leves se le darían entre diez y quince años. Sumando esos años serían más de cuarenta años lo que ese bastardo pasaría en prisión.
-Eso me hace sentir un poco aliviada. Pero estaré tranquila cuando el juez dicte la sentencia. -dijo la Omega.
-Yo aún me pregunto que estaba haciendo ese idiota en aquel evento. ¿Cómo supo que yo estaría ahí?
-Bueno ayer me dijeron los abogados que según las investigaciones, Doyun trabajaba para uno de los empresarios que acudieron al evento, era chófer o algo así. Afortunadamente al enterarse de la fichita que es, fue despedido.
-Eso lo explica todo. Entonces fue casualidad que me encontrara ahí.
-Asi es.
-Bueno, porque no cambiamos de tema. -sugirió Diana levantándose del sofá-. La verdad es que este cachorro me está pidiendo comida a gritos. Llamaré a Solyun.
