Parte sin título 27

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Me giro y veo a Katniss detrás de mi. Intento no mirarla demasiado, pero con el pelo suelto, el fino camisón de lino e iluminada por la luz de la luna, está más guapa que nunca. Sé que no es justo, pero me alegro de que esté aquí conmigo.-Deberías estar durmiendo.-Me dice suavemente.Vuelvo la cabeza de nuevo hacia la enorme ciudad que se extiende por debajo de nosotros. Hay incluso más ruido que el primer día. La gente grita, baila y celebra. Al fin y al cabo, mañana empiezan los juegos, llevan esperando ese día desde hace un año.-No quería perderme la fiesta. Al fin y al cabo es por nosotros.-Contesto sin mirarla.Ella se acerca al borde y se asoma para ver mejor las calles.-¿Están disfrazados?-Me pregunta.-¿Quién sabe? Con toda la locura de ropa que llevan aquí... ¿Tú tampoco podías dormir?-No podía parar de pensar.-Afirma. Asiento con la cabeza porque la entiendo perfectamente, a mi me ha pasado lo mismo.-¿Piensas es tu familia?-Pregunto.-No.-Reconoce ella al mismo tiempo que se sienta a mi lado sobre el césped. Se aparta el pelo liso de la cara y me el suave olor de su champú. Huele a vainilla, como las galletas que hacemos en casa. Me mira los vendajes con la preocupación reflejada en la cara.-Siento mucho lo de las manos, de verdad.-Confiesa.-No importa Katniss.-Respondo cansado.-De todas formas no tenía oportunidad en los jeugos.-No debes pensar así.-Me reprocha.Sacudo la cabeza. Yo ya no sé ni lo que debo pensar. Odio al Capitolio por tenerme tan apresado con sus hilos. Katniss me mira con curiosidad y se debe de estar preguntando lo que pasa por mi cabeza.-¿Sabes? Mañana...no se cómo expresarlo pero...quiero morir siendo yo mismo.-Agacho la cabeza culpable siquiera de pensar esas cosas.-¿Tiene sentido?-Pregunto al fin al aire.Katniss niega confusa y sé que para ella no tiene ningún sentido. Tal vez mi idea sea tan inútil que no cabe en la cabeza de nadie más. Tal vez no sirva de nada comerse el coco y debería pensar más en los juegos de mañana y en cómo voy a sobrevivir el máximo tiempo posible. No, no, eso si que no me lo voy a permitir.-No quiero que me cambien ahí fuera.-Continúo.-No quiero que me conviertan en una especie de monstruo, porque yo no soy así.Katniss se muerde el labio y desvía la mirada cuando me pregunta:-¿Quieres decir que no matarás a nadie?¿Matar? La verdad es que no me lo había planteado, pero sé que aunque no me guste, sí que mataría por salvar la vida de Katniss, incluso por salvar la mía propia.-No, estoy seguro de que mataré. Es solo que desearía poder encontrar una forma de...de demostrar al Capitolio que no le pertenezco, que soy algo más que una pieza en sus juegos.-Acabo con un suspiro.-Es que no eres más que eso, ninguno lo somos. Así es como funciona.-Oigo que me replica Katniss con dureza.-Vale, pero, dentro de ese esquema, tú sigues siendo tú y yo sigo siendo yo.-Intento explicarle.-¿No lo ves?-En realidad entiendo que no lo comprenda, ni yo mismo lo tengo de todo claro.-Un poco. Aunque..., sin ánimo de ofender, ¿a quién le importa, Peeta?-A mí.-Contesto sin dudar, aunque veo que ella me mira con cara de querer replicarme otra vez y antes de que pueda decir algo continúo.-Quiero decir, ¿qué otra cosa me podría preocupar en estos momentos?-Pregunto con un cierto tono de reproche y miro fijamente a Katniss exigiendo una respuesta satisfactoria.-Preocúpate por lo que dijo Haymitch. Por seguir vivo.-Contesta ella a la vez que se levanta para marcharse.Vale, la quiero, pero en estos momentos Katniss me está poniendo muy nervioso. Hay veces en las que creo que no se entera de nada. He intentado abrirle los ojos, pero no se deja.-Gracias por el consejo, preciosa.-Contesto con una sonrisa burlona.Veo que se lo toma a mal y que la ofendido. No era esa mi intención, pero cuando me pide que deje de pensar como tener una muerte noble yo también me enfado. No ha entendido nada de lo que la he dicho, no me importa mi muerte, si no mi vida y los hechos que realice durante esta. Ella se va por la puerta dando un portazo y nada más ella salir, me empiezo a arrepentir de lo que he dicho. No me gustaría que esta fuese nuestra última conversación, pero dadas las circunstancias no creo que tenga oportunidad para reconciliarme con ella.Me quedo sentado en el mismo sitio sintiéndome la persona más desgraciada del mundo y no regreso a mi habitación hasta que las primeras luces del alba empiezan a despuntar por el horizonte.

ASI lo ve petta desde su punto de vista de los juegos del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora