Capitulo 6

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Al cabo de un rato llegan Effie y Kayniss, que se ha cambiado de ropa y lleva un sencillo conjunto verde, aunque las intrincadas trenzas que llevaba en la cosecha siguen en su sitio. No noto la ausencia de Haymich hasta que ella me pregunta por él y recuerdo que estaba echándose una siesta. Cuando le digo que probablemente no nos acompañe para cenar, ella parece aliviada. La comprendo perfectamente.

Cuando acudí al comedor no tenía apetito, pero no había contado con esto. Unos sirvientes llenan la mesa de exquisitos manjares y no puedo evitar probar de todo. En casa nunca hemos pasado hambre pero básicamente nuestra dieta se reduce a cosas pasadas y carne de caza que compra mi padre ilegalmente ya que sale más barato. Así que me atiborro de sopa de zanahorias, pollo, cerdo y algunas frutas que jamás había visto pero que tienen colores muy vistosos y están increíblemente dulces.

En un momento dado de la cena, Effie hace un comentario sobre la mala educación de los tributos del año pasado en el que apenas me fijo porque estoy dando buena cuenta de una chuleta de cerdo acompañada con puré de patatas. Sin embargo, a Katniss parece molestarle el apunte, y lo entiendo porque probablemente esté pensando que cuando nunca has tenido bastante para comer y te encuentras con tanta comida en lo menos que piensas es en la forma de comportarte. Difícilmente puedo contener la risa cuando ella se arremanga y empieza a comer lo que le queda en el plato con las manos, pringándose toda de salsa. La cara de indignación que le dirige Effie tampoco ayuda. Me fijo entonces en la insignia que tiene Katniss prendada en la camiseta. Parece un broche de oro de algún pájaro y me pregunto de donde lo habrá sacado, su familia no es precisamente la más rica del mundo.

Cuando acabamos de cenar, me empiezo a arrepentir de haberme comido el último trozo de tarta de chocolate, ya que me duele horrores la tripa y tengo que hacer un esfuerzo por no vomitar. Nos llevan a otro compartimento en el que hay una tele de plasma enorme para que veamos el resumen de las cosechas de todo el país. No me fijo mucho en los tributos de los demás distritos, supongo que ya tendré tiempo de ir conociéndolos más adelante. Cuando sacan al distrito 12, me fijo en que los comentarista intentan restarle importancia a la actuación de Haymich y también alegan que el saludo silencioso que le dirigimos todos a Katniss no es más que una adorable tradición.

Al acabar el programa, Effie alega que nuestro mentor debería aprender modales. Esto hace que me ría, recordando lo mal que le ha hecho quedar Haymich en la cosecha. También me río porque no entiendo a esta mujer, tal vez se crea que todo el mundo deba comportarse como ella considera, en todo caso, su forma de criticar a la gente me hace gracia, y últimamente no tengo demasiadas razones para reír.

-Estaba borracho.-Respondo-Se emborracha todos los años.

-Todos los días.-Añade Katniss también sonriendo.

Effie nos hecha una charla sobre lo esencial que es Haymich por ser nuestro mentor en los juegos, y de que él puede suponernos la diferencia entre la vida y la muerte. En ese momento entra Haymich, tambaleándose porque está totalmente borracho y después de vomitar se derrumba en el suelo. Katniss y yo nos reímos todavía más hasta que Effie se levanta de un salto y antes de marcharse nos dice:

-¡Seguid riéndoos!

Tardo en poco en asimilar sus últimas palabras y entonces la realidad cae sobre mi como una losa, quitándome todas las ganas de reír. Este borracho será la persona que nos tenga que ayudar antes y durante los juegos. Nos debe dar consejos y nos tiene que conseguir patrocinadores. Y en su estado lo veo poco probable que esté capacitado para alguna de estas cosas. Con una mirada que le dirijo a Katniss sé que ella está pensando lo mismo que yo, así que lo levantamos cogiéndolo por los brazos. El hedor a vómito hace que se me revuelvan las tripas y por un momento temo vomitar yo también, aunque me contengo. Haymich despierta y está confuso, apenas recuerda lo que acaba de ocurrir. Me da tanta pena que sugiero que lo llevemos a su cuarto para limpiarle un poco. Lo metemos el la bañera aún con la ropa puesta y encendemos la ducha. No puedo evitar fijarme en la cara de asco que tiene Katniss, está claro que no le apetece nada bañar a nuestro mentor. Le digo que es mejor que se vaya, ya que puedo ocuparme yo solo y noto que siente un profundo alivio. Cuando sugiere que venga a ayudarme alguna de las personas del capitolio que nos sirven, me niego. Bastante tienen los pobres con servir a toda la gente caprichosa del capitolio como para hacerles aguantar esto.

Limpio a Haymich, le pongo ropa limpia y le meto en la cama. He de decir que es una de las cosas menos agradables que he hecho nunca. Cuando acabo, me vuelvo a mi compartimento y me pongo un pijama calentito. Dudo mucho que pueda dormir y cuando me acuesto me pregunto que pensará Katniss de la forma en que la trato. Por haberle librado de bañar a Haymich y por el detalle de las galletas. Espero que no piense que sea una estrategia que vaya a usar en los juegos para acabar con ella porque de hecho es todo lo contrario. Lo que pasa es que ya la estoy protegiendo, como he intentado hacer siempre.

ASI lo ve petta desde su punto de vista de los juegos del hambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora