Capítulo 37

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Enjoy...


Todos estaban reunidos en la sede de Tokio...

—Este es el plan.

Era Kakashi el que estaba a cargo, y eso hizo que Sasuke se preguntase qué diablos había pasado con su tío Madara. El solo hecho de especular, mentalmente que, algo le hubiese podido pasar, le hizo doler la boca del estómago. Se quiso doblar en dos, porque tenía la pregunta en la punta de la lengua, sin embargo, no se atrevió a querer saber.

Le dio miedo...

No después de que Kakashi, en cuanto lo vio de lejos, se le acercase, lo agarrase del brazo para apartarlo del grupo y le abriese, a dos manos, la oscura camisa que vestía. Sasuke se quedó jodidamente tan quieto como pudo, mientras su jefe miraba con mofa el micrófono que tenía pegado al pecho.

—Creo que malditamente se te olvidó quitarte esto, mientras intercambiabas interesantes palabras con Sakura Haruno —le habló con exasperación mientras le arrancaba de la piel, el dispositivo —. Como se nota que nunca estuviste preparado para esto. Y tienes una maldita suerte que haya sido el único que te estaba escuchando —Sasuke estaba mudo, ¿qué le podía decir? Obviamente nada, Kakashi tenía toda la jodida razón, para variar —. Ya que tanto te interesa proteger a esa chica, te dejaré a ti a cargo de ella.

—¿Cómo?

Lo vio poner los ojos en blanco antes de responderle...

—En cuanto entremos a ese maldito convento, solo te enfocarás por resguardar el bienestar de Haruno. No podemos permitirnos el lujo que algo le pase, la necesitamos y como tú eres tan devoto con tu amor hacia ella, sé qué la protegerás con tu vida.

—La llevaré a su habitación. Ese lugar está bajo piso.

—Veo que sabes muy bien donde se encuentra —se dio cuenta que se ponía serio —. Que nada le pase a esa chica, ¿entendido?

—Sí, superior —enderezó el cuerpo, acatando.

—Ojalá hubiese sido así desde el jodido principio. Anda, ve con el resto del grupo.

Sasuke vio entrar a Tsunade, mientras él salía...

—Este chico, es un caso especial —le comentó Kakashi.

—Lo sé —estuvo de acuerdo —, por eso es que nunca lo sacaste de la misión.

—Es cierto, a pesar de la gran cagada con Haruno —la miró fijo —. Cagada de la cual tú estabas absolutamente enterada —la vio tensarse —, es un muy buen elemento.

—¿Lo sabías?

—Yo todo lo sé, Tsunade.

—Sí, buen...

—Solo concluyamos toda esta mierda para por fin irnos de vacaciones.

Tsunade sonrió ante tal comentario...

—Vayan a sus habitaciones que mañana se nos viene un largo día —ordeno ella en cuanto entró a la sala.

Y no, Sasuke no pudo pegar un ojo en toda la noche...

La espera fue una pesadilla...

Su mente se encargó de especular mil mierdas...

Y el escenario para él se volvía cada vez más sombrío...

Salió el sol y solo pudo sentarse en la orilla de la cama a esperar a que fuesen convocados para partir. El día anterior habían reunido a todos los equipos que estarían en la tan codiciada misión. Eran muchos los que quisieron participar en ella, sin embargo, fueron elegidos con pinzas quienes estarían en la redada de los Haruno.

El sabor del pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora